Avanzan lento las obras del aeropuerto de Santa Lucía

Hasta ayer 23 de diciembre se registró un avance físico total de 1.66% y una inversión de 233 millones de pesos, de acuerdo con los registros

La construcción del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) y la reubicación de instalaciones militares y de la Fuerza Aérea en la Base Militar de Santa Lucía (que incluye una pista de uso exclusivo) se realizan de manera paralela para garantizar su inauguración el 21 de marzo del 2022, como lo pidió el presidente Andrés Manuel López Obrador a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).

Hasta ayer 23 de diciembre se registró un avance físico total de 1.66% y una inversión de 233 millones de pesos, de acuerdo con los registros de la dependencia y al uso de la tecnología de modelado de información de construcción (BIM), que también se usaba en el cancelado aeropuerto de Texcoco.

Para el desarrollo coordinado, la dependencia dividió las obras en 20 frentes de trabajo y actualmente están activos 17, de los cuales seis están relacionados con la infraestructura aeroportuaria comercial de la primera etapa: dos pistas comerciales, la terminal de pasajeros (para atender 20 millones de personas y 119,000 operaciones anuales) la torre de control, el estacionamiento, la terminal de combustible y las redes (hidráulicas y sanitarios, entre otras).

En la segunda etapa se prevé que para el 2052 se construya una pista comercial más y el edificio terminal atienda a 85 millones de pasajeros. El resto de los frentes se relaciona con la construcción de instalaciones militares (entre ellas habitacionales y de servicios), para la Fuerza Aérea y diversas vialidades.

A pesar de que la nueva terminal fue encargada al Ejército, no son ellos quienes realizan todas las tareas. En el polígono ya hay 3,284 civiles laborando y unos 500 militares coordinando. También, Aeropuertos de París colabora en el desarrollo del plan maestro y NavBlue tiene a su cargo la nueva configuración del espacio aéreo en el valle de México.

La logística constructiva elegida refiere que cada uno de los frentes está a cargo de un ingeniero militar, el cual que es apoyado por personal civil para realizar tareas administrativas y de campo (en la obra).

“No crean que hay personal militar escarbando o cargando. En la maquinaria pesada sí tenemos operadores y conductores de volteo, pero son mínimos”, explicó el teniente coronel ingeniero constructor Raúl Roldán, durante un recorrido en la zona de trabajo que se limitó a la pista central (pero refirió que hay avances notables en la torre de control y el edificio terminal porque desde la mañana del 17 de octubre pasado que iniciaron todos los trabajos no han parado).

Él tiene a su cargo el frente 19, la construcción de la nueva pista militar (la actual se convertirá en calle de rodaje para una pista comercial), y antes fue el encargado de construir unos laboratorios para la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales. El ingeniero está autorizado para hablar del proyecto de Santa Lucía.

(Con información de El Economista)

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