Lloran sus viejas casas de La Plancha y van a las nuevas

Vecinos y vecinas de la zona quitan parte del cableado eléctrico, rejas, tubería, ventiladores, focos, y todo que puedan usar o vender

Mérida, Yucatán. Una mujer ve por última vez la casa donde vivió durante muchos años: donde lloró, se enamoró y crío a sus hijos; aunque sabe que no será la última. Se despide, otra vez, de ella. Se ha despedido muchas veces. Llora, una vez más. 

De su vieja vivienda cuenta que extrañará salir a “tomar el fresco” en la puerta, ver a los niños jugar en el parque, pero dentro de esta nostalgia que arrastra está la alegría de recibir el año nuevo en su nueva casa.   

En un recorrido realizado este viernes 30 de diciembre, se pudo observar a algunos vecinos y vecinas de La Plancha desmantelando las raíces de sus antiguas viviendas; están quitando parte de la cablería eléctrica, rejas, tuberías, ventiladores, focos, y demás infraestructura que puedan usar o vender.   

El pasado 23 de diciembre, el gobernador de Yucatán, Mauricio Vila Dosal, junto a Luis Cresencio Sandoval González, titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), entregó las llaves de las 11 nuevas viviendas para las personas que han vivido durante generaciones sobre la calle 43A con 46 y 48 del Centro de Mérida, conocida como la zona de La Plancha; hogares que pronto serán demolidos para dar paso al Gran Parque La Plancha.   

Las autoridades dieron plazo hasta el 28 de diciembre para mudarse y pasar sus cosas, no obstante, otorgaron unos días más para poder concluir con el proceso. Los vecinos desconocen la fecha concreta de cuándo serán derribadas sus antiguas casas.   

La mayoría ya se ha mudado a sus nuevos espacios, han pasado sus muebles, electrodomésticos y demás accesorios. Casi las 11 antiguas casas están deshabitadas, sólo queda una familia que se rehúsa a decir adiós.   

En el lugar se pueden ver sillas viejas solitarias en medio del vacío y de los escombros, y recuerdos que yacen en todas las habitaciones. El nombre de Luciana decora con colores todavía una de las paredes. Un hombre entra y sale y deposita varias cosas en una camioneta. “Ya nos vamos. Hay que rescatar todo lo que se pueda antes que las demuelan”, dice.   

Los habitantes señalan que algunas personas han aprovechado para saquear las viviendas ya deshabitadas, para robarse lo que puedan, lo que les genera enojo y tristeza. “Estoy molesto, porque vándalos se llevan lo que por años fue nuestro y construyeron nuestros abuelos”, dijo un señor quien está quitando cablería de su casa.   

Otra mujer supervisa a unos trabajadores, quienes están retirando unos enrejados de la ventana, que, según sus cálculos, desde hace 100 años adoran su entrada. “Sí me da mucha tristeza, ya no podré salir a tomar el fresco y ver a la gente pasar, a los niños jugar, pero igual estoy feliz por disfrutar mi nueva casa”, dice mientras deja caer varias lágrimas de su rostro.   

El emblemático parque Artículo 123 Constitucional luce desolado; los juegos ya no están, ni la estatua dedicada al yucateco Héctor Victoria Aguilar, sindicalista, político y legislador. Una pareja, junto a una pequeña niña, observa la imagen.   

Hasta el momento, no han empezado los trabajos para demoler las 11 casas de La Plancha, los vecinos no saben la fecha exacta, pero mientras llega el día, aprovechan para darles el último adiós. Muchos adioses.

(Con información de La Jornada Maya)

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