Interés inmobiliario crea el caos en la capital yucateca

La ciudad se va a seguir perdiendo de manera mucho más acelerada que ahora debido a la carga poblacional, advierte investigador

Mérida, Yucatán. “La realidad es que vivimos ante un desorden urbano, como dijo Margarita Robleda ‘la ciudad nos la arrebataron las empresas inmobiliarias, dejó de ser nuestra’, los que determinan qué se hace y cómo se hace en Mérida son los intereses inmobiliarios”, sostuvo el investigador del INAH, José Luis Sierra Villarreal, en su conferencia Mérida, de las haciendas a las privadas residenciales, que impartió en el Centro Cultural Pro-Hispen.

El profesor Sierra realizó un recorrido desde la Mérida Fundacional, que contaba en 1600 con seis mil habitantes, en una superficie de entre 300 y 600 hectáreas, hasta nuestros días de la Mérida Metropolitana con una población de casi un millón de habitantes sobre una superficie de 24 mil hectáreas.

El investigador dividió el desarrollo de la ciudad en cuatro etapas: Mérida Fundacional (1540 a 1780), Colonial (1780-1870), Henequenera (1870-1950) y Metropolitana, desde el 50 en adelante.

Así la Mérida Fundacional que, para 1780 había incrementado su población a 13 mil habitantes, mostraba una ocupación dispersa, con predios con huerta y con una centralidad urbana.

La Colonial con 16 mil habitantes, en 1800, sobre 900 hectáreas sembró una impronta, que es el sello que tiene todavía hoy. Fueron 100 años que coincidieron con las reformas borbónicas, la expulsión de los Jesuitas y el final de las encomiendas.

Comenzaron a desaparecer los solares, baldíos y las huertas en la ciudad y se empezaron a construir casas con mayor superficie y ocupación, por lo que ya había una mayor densidad de población.

Buena parte de la población más vulnerable se movió a la parte noreste, donde justamente está Mérida y Sierra considera que esos movimientos produjeron el surgimiento de las haciendas henequeras.

Desde 1921, se observó un crecimiento geométrico donde había una ocupación de Mérida de mil 800 hectáreas a 1950 donde se pasa a más de tres mil; en 1970, cinco mil; tres mil hectáreas más, en 1980; 10 mil en 1990 y 15 mil, en 1995.

Hoy en día tenemos en Mérida, 24 mil hectáreas conurbadas, la misma ocupación física que Guadalajara que son seis millones de habitantes.

Crecimiento exponencial

Al expropiarse las haciendas, a los hacendados les quedaron 300 hectáreas, 150 sembrados con henequén y 150 de terrenos no sembrados “y, obviamente, no había hacienda que pudiera ser rentable con esa superficie, se formaron ejidos y los hacendados que se quedaron con esas hectáreas ya no tenían beneficios, por lo que comenzaron a venderlas.

Se dio, entonces, un crecimiento exponencial. Se rompió la centralidad y al haber un crecimiento tan disperso y tan desordenado se propició la multicentralidad.

Hoy en día la gente que vive en Chuburná difícilmente llega al centro, ya que se les acercó el supermercado, la iglesia, las escuelas y comenzaron a formarse diversos centros como Caucel, Los Héroes, etc.

Por último, Sierra expresó que “si no defendemos nuestra ciudad, si no asumimos ser habitantes de Mérida con todo lo que esto conlleva, derechos y obligaciones, la ciudad se va a seguir perdiendo de manera mucho más acelerada que ahora debido a la carga poblacional”.

“Si no controlamos a nuestras autoridades van a seguir haciendo lo que han hecho hasta hoy, destruir la ciudad”, concluyó.

(Con información de La Jornada Maya)

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