Problemas de gobernabilidad en Chiapas

“En reiteradas ocasiones se ha manifestado la preocupación que existe por la ausencia del manejo político que hay  en la entidad, en dónde ninguna autoridad prevé estrategias de intervención y/o solución de los conflictos y menos se realiza el balance del recuento de daños provocado por las movilizaciones.

“La entidad, en los últimos días, en dos ocasiones ha sido reconvenida a la legalidad por el Tribunal Federal Electoral, quienes han restituido en las presidencias municipales a dos mujeres que fueron orilladas a pedir licencia bajo mecanismos extralegales; Rosa Pérez, en Chenalhó y María Gloria Sánchez en Oxchuc.

“Estas resoluciones, de difícil ejecución, muestra que en Chiapas se ha llegado a un punto en el que a nadie –autoridades y ciudadanía-, le interesa apegar sus actos en el marco de la ley.

“El Estado no pudo contrarrestar los efectos de la protesta popular en contra de las dos presidentas municipales, destituidas mediante asambleas, como tampoco ha podido restituir el orden en varios puntos altamente conflictuados en la entidad y en realidad no sabe cómo va a cumplir con las resoluciones del Trife.

“Hoy día, cualquier grupo de personas puede obstaculizar el libre tránsito de vehículos y de personas, sin que haya una sanción al respecto, pero el gobierno con frecuencia comete el delito de abuso de poder, al nombrar o proponer a funcionarios que no cumplen con el perfil específico señalado por la ley para desempeñar el cargo, como es el caso de José Octavio García Macías, expresidente del  municipio de la Concordia, quien fue designado como Consejero del Consejo de la Judicatura, sin cumplir los requisitos de ley.

“En este sentido, en la entidad se ha llegado al deterioro de dos instituciones fundantes de la vida en sociedad, como son el poder y la norma.

“Ninguna sociedad puede subsistir sin el poder – institución donde se define quien es el que toma las decisiones a nombre de todos-; históricamente se puede verificar que hay sociedades que pueden existir sin el estado, pero ninguna sociedad puede sobrevivir sin el ejercicio del poder, pues esto significa el caos.

“De igual manera, la sociedad, cualquiera que sea, no puede permanecer sin un marco de normas escritas o no, que regulen las relaciones y el comportamiento de las personas y que definen lo que está permitido y lo que está prohibido.

“Esto resulta significativo en este momento para Chiapas, pues existe un deterioro delicado en el ejercicio del poder -en donde se dejaron de tomar decisiones para garantizar el orden, lo que conduce al caos-, pero de igual manera, aparece un desapego a las normas y  entonces se pierde la regulación en las personas de los actos que están prohibidos y son sancionables.

“Los sucesos de violencia en algunos municipios y el acoso al que están sometidos los maestros en paro por parte de la Policía Federal en Tuxtla Gutiérrez, son síntomas inequívocos del resquebrajamiento que hay en la relación del gobierno con la población.

“Esto puede entenderse como una crisis de representación, en la que los intereses de la población no están representados por nadie.

“Pero esto no se puede traducir en la inexistencia del ejercicio del poder y menos en la inaplicación de las normas, en la que se están mandando mensajes equívocos en los imaginarios de las personas, en el que nadie manda ni obedece y que además existe una permisividad de las conductas que son sancionables.

“Las condiciones sociales en Chiapas son delicadas y existe un mal manejo político de las manifestaciones y la protesta recurrente en distintos puntos del territorio.

“De continuar con esta dinámica, las imágenes de disturbios continuarán prevaleciendo en las noticias, fortaleciendo con ello a los conflictos y el caos social, situación que ocasionará graves costos políticos y económicos a la entidad, y que en el corto y mediano plazo, será muy complicado restablecer el equilibrio y la gobernabilidad”. (Con información de José Adriano Anaya)

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