Intolerancia en redes sociales tras muerte de sacerdotes

Cómo sabrán todos o la mayoría, en mi terruño han asesinado a un par de sacerdotes (no a un sacerdote y a un sacristán, como remarca el fiscal Bravo Contreras) a raíz de ello los medios locales y nacionales han dado amplia cobertura al hecho y ya no sé qué pensar, porque más allá del asesinato de dos personas, eran religiosos (yo soy católica, pero lo mismo me conmueven las muertes de protestantes, ortodoxos, o lo que sean) me preocupa la polarización de quienes opinan, entiendo que Facebook es para publicar cualquier cosa, tontería o mentira, pero caramba, me parece gravísimo que, en primer lugar, la gente se alegre por la muerte violenta de alguien, de quien sea.

Me preocupa la ligereza con la que juzgamos a priori, sin saber poco o nada de la vida de las víctimas; me parece terrible que al publicar una nota sobre dos asesinatos alguien opine «eso no es nada, en Guerrero matan a más», o que haya quienes se quejen airadamente porque la gente se conduela ante este caso: «¿por qué hacen tanto escándalo por estos dos sacerdotes si han muerto miles?»; como si fuera competencia, como si nos estuvieran acostumbrando a ver cada vez más muertos, cada vez más violencia, para que se normalice y no nos quejemos.

Al final, gran parte de las opiniones condenan a los sacerdotes, los tildan de pederastas y ahora -gracias a las declaraciones del fiscal- de borrachos.

Me parece gravísimo que como sociedad caigamos en el nefasto juego de las autoridades que criminalizan a los muertos, porque es lo más fácil decir «fue un ajuste de cuentas» que investigar y esclarecer las miles de muertes y desapariciones en Veracruz y a nivel nacional.

Me parece gravísimo que seamos nosotros mismos, la sociedad, quienes justifiquemos las muertes violentas diciendo «eran pederastas»; «bien, dos pedófilos menos»; «eran narcosacerdotes, por eso los mataron»; cuando hay feminicidios: «¿cómo andaba vestida?» «¡con quien andaría que acabó así!»…Y cuando son hombres: «a nadie matan así nada más, en algo andaban».

Por favor, antes de hablar o de opinar para condenar a quienes mueren de manera violenta, detengámonos un momento y pensemos, ¿los más de 120 mil muertos del sexenio de Calderón y los más de 43 mil de los dos primeros años de Peña Nieto eran narcotraficantes?

Sin duda entre esos decesos hay involucrados con el crimen organizado, ¿pero más de 160 mil? No señoras y señores, no midamos con el mismo rasero, no seamos nosotros quienes condenemos doblemente a los asesinados y desaparecidos, no justifiquemos la violencia, no lo hagamos, por el bien de todos…

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