»El ser humano se extinguirá de soledad»: Coronel

El último hombre que quede sobre la faz de la tierra se va a morir tratando de alcanzar una estrella, hijo, dijo el pintor en una entrevista

Zacatecas, Zacatecas. A los 88 años de edad falleció este martes, el pintor mexicano Rafael Coronel Arroyo. Durante su carrera incursionó en diversos movimientos artísticos, como la Ruptura y el hiperrealismo. Entre sus influencias, solía decir que se encontraban el trabajo de Goya o José Clemente Orozco.

La crítica especializada, sin embargo, lo vinculó al trabajo de grandes maestros europeos, como Rembrandt o Caravaggio.

A continuación, presentamos esta entrevista que fue publicada originalmente en el diario en 2002, por el corresponsal de este medio en Zacatecas:

El maestro Rafael Coronel Arroyo donó 10 mil 450 obras para el museo que lleva su nombre. Se trata de una colección de pinturas, grabados, máscaras, esculturas y dibujos, calculada en 150 millones de pesos; tan sólo sus pinturas monumentales están valoradas en 6 millones de dólares.

La entrega de las obras se realizó en el contexto de un acto protocolario, pese a que el pintor había sugerido a las autoridades locales signar el convenio »en un cuartito cualquiera, sin invitados ni periodistas; firmamos y ya, nos despedimos y cada quien para su casa». Pero el acto protocolario devino, literalmente, homenaje en vida.

El pintor Rafael Coronel Arroyo recibió con ojos crispados la ovación de cuatro minutos que le brindaron los más de 300 asistentes al acto.

»Quise darme la vuelta, voltearme a la pared. Fíjate que son filamentos interiores que no sabía que los tenía. En serio, lloras porque se muere tu mamá, pero este llanto es de otra clase». De 70 años, con más de 50 de trayectoria (2002), el maestro acepta conversar con La Jornada.

De entrada, se califica de apolítico, pero encomia el trabajo que las autoridades zacatecanas emprenden desde hace casi dos décadas para hacer de ésta una capital de museos de sus artistas plásticos. Y menciona los casos de los recintos Pedro Coronel (dedicado a su hermano ya fallecido), Francisco Goitia, Manuel Felguérez (de arte abstracto) y el propio.

-¿A la clase política le hace falta acercarse al arte, don Rafael?

-A todas las clases políticas. Acuérdate de Miguel Alemán, que le mentaba la madre a Diego Rivera, pero lo iba a ver, cuando pintaba el Estadio Olímpico en Ciudad Universitaria. O de Tamayo, que nunca creyó en la Revolución, pero cuando llegaba a visitar a los políticos éstos pegaban saltos.

»Cuando Siqueiros cayó en prisión, ¡imagínate!, el mundo entero se levantó. Cuando agarraron a Siqueiros me acababa de casar con Ruth Rivera, y nos fuimos a sentar afuera, a la banqueta de lo que era Lecumberri, para ver si lo dejaban salir. No salió, y nos tuvimos que regresar a la casa casi al amanecer.

«A Pepe Revueltas, que fue mi amigo, lo metieron a las Islas Marías, por disolución social. Acababa de llegar de Zacatecas y me uní a ese grupo. Mis amigos de aquella época eran Chávez Morado, Luis Cardoza y Aragón, Olga Costa y Lola Álvarez Bravo, la primera esposa de Manuel. Esos fueron mis amigos».

Recuerda que en el movimiento del 68, él y su esposa preparaban casi todos los días 500 tortas, que luego repartían entre los estudiantes.

¿El cambio? ¡Ni en pintura!

-Y a Vicente Fox, maestro, ¿qué le sugeriría?

-Lo que pasa es que cuando Vicente Fox llegó al poder toda la gente estaba ilusionada. Pero ahora, a pesar de tener unas posibilidades de éxito, ha tenido tropiezos que pueden ser perdonados, pero que ya no tenga tantos, porque uno se va a cansar de tanto perdonar.

«El cambio no lo he visto, porque en primer lugar no creo que haya el tiempo suficiente para que cambie un país, tan poderoso además pero tan miserable. Estamos en un estado tal de pobreza que ni yo, como hombre pensante, sé por dónde entrarle».

-¿Y cómo refleja los grandes problemas nacionales en su obra?

-La niña de Jerez, la niña de Jerez que acaba de regresar de Los Ángeles. Está fumando mariguana, ¿no ves? ¡Está fumando mariguana! Y en el machete del danzante zacatecano está escrito »I love Los Ángeles». Allá está el danzante híbrido; está adornado de banderas tricolores (en alusión al PRI), es decir, demagogia pura; aquí está la muestra.

«Esa muerte roja, pintada, lo digo yo y mucha gente, es una obra maestra. Por eso La niña de Jerez se llama así; nos la regresaron prostituta, ¿no ves a la niña de 16 años con las carnes flácidas? ¿No están ahora hablando de prostitución infantil? Ahí la tienes, ¿sí o no? ¿No la ves? ¡La niña de 16 años flácida, violada y con su cigarro de mariguana!».

Es una historia que se repite desde hace años.

Desde hace casi 40 años ya se hablaba de eso.

Para Rafael Coronel, empero, no todo está perdido, al menos en materia cultural, pues las nuevas generaciones de artistas plásticos están soportando el embate de «la hibridez de la globalización».

»Ahora con tanta televisión -¿has visto los programas nocturnos de la televisión donde el sexo ya es como si estuvieras hablando de ‘¿a cómo el kilo de naranjas?’

-… Todo eso está globalizando la cultura. Ahora las fronteras van a dejar de existir, aunque no lo creas; por ejemplo cuando la gente pueda vivir en Saturno, ¿a poco crees que les va a importar una parcela? ¿Pa qué volteas a ver una parcela? ¿A poco crees que te va a importar un sindicato? Ya no va a importar eso, ahora la mentalidad de los jóvenes es totalmente otra».

-¿Y cómo afectan el neoliberalismo y la globalización a la cultura mexicana?

-El neoliberalismo es de risa, es una teoría de hace dos siglos, de menos. Está en la política, pero en el arte tendrían que cortarle las manos a los indígenas para que ya no decoren tanto jarro para el atole o para que ya no hagan esas esculturas maravillosas que hacen en México. El arte es el arte.

»Mira: el último hombre que quede sobre la faz de la tierra se va a morir tratando de alcanzar una estrella, hijo. Y se va a morir no porque caiga un meteorito, ¿eh?, se va a morir de soledad, y se va a morir hablando poéticamente, ¡en serio! Al arte le hacen los mandados, el arte no está en peligro de nada… Al contrario, podrá crecer y cualquier nueva teoría política se tiene que agarrar del arte, se tiene que agarrar de la literatura».

(Con información de La Jornada)

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