Cómo resolver la pobreza generada en 30 años de neoliberalismo

No hay que olvidar que el concepto de pobreza acompaña la evolución del capitalismo y la construcción del mercado

Ante los escasos resultados obtenidos en los últimos años para reducir los niveles de desigualdad y marginación en el país, es necesario concebir la pobreza de una manera diferente, entendiendo que vivimos una nueva realidad social, aseguró el investigador del Programa Universitario de Estudios del Desarrollo (PUED) de la UNAM, Mario Luis Fuentes.

Durante su participación en el panel 4 Hacia una nueva concepción y medición de la pobreza, realizado en la Facultad de Economía en el marco del 16º Diálogo Nacional por un México Social. Derroteros del Desarrollo, el también coordinador del Seminario de Altos Estudios del Desarrollo apuntó que el concepto de pobreza transfiere o transporta una idea del mundo y de lo que pensamos sobre cómo debe ser ese mundo en una nueva realidad.

“Hay que construir otra concepción de lo que es vivir en la pobreza, agregando nuevas dimensiones, si se quiere, pero manteniendo siempre el cuestionamiento sobre ¿a qué se le llama pobreza, quiénes son los pobres, cómo se habla de ellos y qué es lo que no tienen”, sugirió.

Desde esa construcción sociohistórica se debe plantear, qué es lo que no tienen las personas que las hace tener privaciones y no tener privilegios, sin olvidar que el concepto de pobreza acompaña la enorme evolución del capitalismo y la construcción del mercado, agregó.

En esta tercera década del siglo XXI, dijo, necesitamos construir una manera diferente de entender la situación que viven aquellas personas que, aparte de no tener capacidades y vivir grandes procesos de enfermedad y de muerte, viven una noción muy compleja y diferente porque hubo un cambio de época.

Mario Luis Fuentes insistió en la necesidad de construir una nueva manera de pensar y entender la pobreza, aceptando e intuyendo que hay una enorme percepción de que la gente se siente pobre, no porque no tiene ingresos o capacidades, sino porque siente una enorme inseguridad, no sólo en el ámbito de la criminalidad, sino porque no cuenta con seguridad social, ni civil.

Es necesario realizar una reingeniería en la estrategia para combatir la pobreza y la desigualdad, poniendo en el centro todo un andamiaje de protección y seguridad social para que, por lo menos, las personas pierdan el miedo a enfermarse o a morirse antes de tiempo, concluyó.

En su oportunidad, la directora de la División de Estudios Sociales de la Universidad Iberoamericana Graciela Teruel Belismelis, se pronunció a favor de mantener el actual modelo para medir la pobreza en el país, pues aseguró que más que pensar en nuevas metodologías de medición, se deben concentrar los esfuerzos en analizar y estudiar por qué las políticas públicas implementadas en las últimas décadas no han servido para reducir los niveles de desigualdad y marginación.

Consideró que en los últimos treinta años, las cifras de pobreza en nuestro país prácticamente no se han movido aun cuando se han aplicado distintos modelos de desarrollo y diferentes estrategias.

“No es necesario enfocarnos en cambiar la medición actual, pues lo más importante es concentrar nuestras energías en mejorar las estrategias para abatir a fondo estas condiciones de pobreza y desigualdad. Es necesario llevar a cabo investigación y generación de conocimiento alrededor de los determinantes que componen la pobreza, hacer propuestas y medir su impacto, antes de hacer cambios a gran escala.”

Sostuvo que mantener la actual metodología también permite realizar comparativos con los mismos parámetros de medición e identificar en donde está fallando la implementación de políticas públicas para realizar los ajustes necesarios.

Entre algunas de las recomendaciones que han puesto sobre la mesa los especialistas para mejorar la medición de la pobreza en nuestro país destaca la propuesta para realizar estimaciones de canastas regionales, precisó.

Indicó que la academia y la sociedad civil deben estar alertas para que se mantenga la comparabilidad que permita el análisis de lo que está pasando y la efectividad de las políticas públicas de los gobiernos en turno.

Finalmente, el investigador del PUED, Héctor Nájera, propuso revisar una nueva metodología para el estudio de la pobreza basada en un modelo denominado de privación relativa y que señala que a medida que los recursos de la población disminuyen, lo que se observa es que las carencias empiezan lo que significa que éstas reaccionan al aumento de la pobreza.

Este modelo ha sido aplicado aproximadamente en cincuenta países con bastante éxito y en particular en el caso de México los resultados que se obtuvieron fueron mucho más nítidos y con menos errores que la medición oficial, indicó.

(Con información de Gaceta UNAM)

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