Humor negro

La terquedad de unos pescadores estuvo a punto de desatar una guerra con Guatemala hace más de 60 años

UNA TRAS OTRA. Apenas anunciaron que el Covid19 iniciado en China iba a la baja y que arranca la guerra de Rusia contra Ucrania para seguir manteniendo en vilo a la humanidad el bloque socialista. No quiero pensar que alguien desde lo más alto del poder público piense en sugerir a esas naciones que resuelvan su conflicto a la mexicana, no ha mentadas, sino en un “volado”, que sea el azar el que decida, o en caso de que se encaprichen a participar todos, solucionarlo en una tómbola o con una rifa. Lo bueno es que antes de lanzar esta fabulosa sugerencia ante la ONU, “alguien” del gabinetazo (derivado de gabino) logró atajarla con la sabia conseja de que la guerra cayó como anillo al dedo, servirá para sahumar las cortinas y distraer la atención pública sobre los graves problemas nacionales y particulares. Pordiositosanto.

BOTANA DE LA CASA. Disipado el intento de tirar plancha de nuevo ante el mundo, el gobierno de México fijó su firme postura ante el conflicto, declaración que se podría resumir en la nostálgica frase de los 60s. “hagamos el amor y no la guerra”, asunto en lo que este gobierno es ducho. La diplomacia mexicana y de todas las naciones que no pertenecen al bloque socialista han condenado la guerra y planteado el diálogo como salida al conflicto, algo muy obvio, para eso es la política, para evitar o atajar conflictos internos y externos. De última hora, después de varios enfrentamientos y la amenaza de una guerra nuclear, los presidentes de ambas naciones en conflicto han aceptado dialogar en medio del fragor de la batalla.

MEA CULPA. Hace 64 años, un 31 de diciembre de 1958 a un mes de iniciar el gobierno de Adolfo López Mateos, nuestro vecino del sur técnicamente le declaró la guerra a México por culpa de unos pescadores que se amacharon a pescar en aguas territoriales de Guatemala y fueron atacados por la fuerza aérea de este país. Tres pescadores murieron y un piloto guatemalteco sufrió un accidente mortal. Tres años antes, el gobierno de Miguel Ydígoras Fuentes le advirtió al gobierno mexicano que tomaría esa actitud ante las constantes violaciones a su territorio por taladores y pescadores, pero las autoridades mexicanas desestimaron la advertencia. Ese fin de año, dos aviones caza dispararon sobre ocho barcos pesqueros después de una hora de advertencia y de recibir burlas e insultos de los pescadores.

GRAN RESERVA. El 26 de marzo de 1959, Guatemala rompió relaciones con México después de un proceso de descalificaciones mutuas que llegaron el coraje al río; el puente internacional ubicado por Ciudad Hidalgo y Ayutla fue destruido por manifestantes guatemaltecos y en respuesta un grupo de civiles mexicanos vandalizaron el pueblo de Santa Ana en territorio chapín. Tenía casi siete años cuando esto sucedió y apenas recuerdo aviones sobrevolando el cielo de Macuspana, jóvenes conscriptos y sus familiares llorando porque el gobierno había decretado estado de alerta y debían estar preparados para la guerra, y en la cárcel municipal los reos habían recibido la propuesta de libertad a cambio de tomar las armas para defender a México.

LA CAMINERA. Afortunadamente no fue necesario, finalmente ambos mandatarios reconocieron los evidentes lazos fraternales que unen a las dos naciones y el presidente López Mateos anunció el 15 de septiembre de ese mismo año, la reanudación de las relaciones diplomáticas. La terquedad de unos pescadores estuvo a punto de desatar una guerra. Por lo visto, no hemos cambiado en todos estos años, ahora la terquedad se desborda desde Palacio.

Sea por Dios.

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