Palestina-Israel, la búsqueda socavada por los judíos

El académico de la licenciatura en Relaciones Internacionales asegura estar convencido de que a Israel no le conviene la paz

El 14 de mayo de 1948, la ciudad de Tel Aviv fue testigo de la Declaración de independencia de Israel, un hecho que coincidió con el fin del Mandato Británico de Palestina. A 71 años, las relaciones entre los pueblos palestino y judío continúan en conflicto.

¿Qué está pasando en Israel?

En opinión de Jaime Isla Lope, investigador de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, el conflicto bélico que protagonizan Israel y Palestina en Medio Oriente es consecuencia de continuos y tortuosos procesos en búsqueda de la paz. “Procesos que, en el fondo siempre fueron saboteados y bloqueados por Israel”.

El académico de la licenciatura en Relaciones Internacionales asegura estar convencido de que a Israel no le conviene la paz, “prefiere la vía bélica porque, en primer lugar, tiene los territorios; en segundo, se quedó con el agua (algo muy importante); y en tercer lugar, si llega a haber un proceso de paz tendría que devolver grandes porciones de tierras, sobre todo los asentamientos judíos de Cisjordania”.

Actualmente, hay más de 600 mil asentamientos judíos en el territorio ocupado de Cisjordania. De modo que, si llega la paz, tendría que desocupar ese territorio y mover los asentamientos. “¡No les conviene! Les conviene la prolongación del conflicto para expulsar a los palestinos y fortalecer la población israelí. Ese es el proyecto sionista”.

Por otro lado, continuó el internacionalista, los palestinos están en la resistencia, tratando de evitar el conflicto, pero hay una realidad inobjetable: Israel ocupa más de la mitad de Cisjordania, tiene sitiada, al borde del colapso, a Gaza. Es un gran campo de concentración se estrangula a la minoría palestina en Israel.

Los ciudadanos israelíes de origen árabe, que no son de religión judía, son ciudadanos de segunda que viven un apartheid. Lo que muestra la parte racista del Estado de Israel. De ese modo se ha estrangulado a la minoría palestina en Israel, confiscado sus tierras, demolido sus casas y decretando leyes racistas, apunta el especialista.

Por otro lado, se levantó un muro de más de 700 kilómetros para separar a las poblaciones árabes de los asentamientos judíos en Cisjordania, edificación en el que se ha inspirado al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para replicar en la frontera con México.

El Estado de Israel controla casi la totalidad de las carreteras en Cisjordania mediante check points.

En la Franja de Gaza hay una tasa de desempleo de 65 por ciento y se prevé que en 2030 esa zona será inhabitable, condición que desean los israelíes, al tiempo que se han contabilizado cerca de seis mil presos políticos palestinos en las cárceles de ocupación.

En términos de la gestión internacional, actualmente acaba de aparecer la oferta de Trump a la que, en ciertos círculos llaman el Tratado del siglo, que no es más que una estratagema para imponer la rendición total a los palestinos y favorecer a Israel. Al menos es lo que se ha filtrado del acuerdo, aclaró Isla Lope.

Por ejemplo: los asentamientos continuarán; Jerusalén quedará bajo el dominio de Israel. Palestina debe deponer las armas para quedar bajo protección de Israel; no tendrá ejército y quedará bajo protección de Israel. “Es como poner a alguien bajo protección del enemigo. Aparte deben pagar a Israel por esa protección. Desde luego, los palestinos no aceptan ese Tratado y siguen en la lucha.

En opinión del académico, el Tratado del siglo no es más que un plan electorero similar a la política de Trump en la frontera con México, es decir, con los migrantes. Igual a su estrategia en Venezuela e Irán (amenazas para ganar votos de cara a las elecciones de 2020) y continuar tratando de ser el policía del mundo, condición que cada vez se restringe más.

La prueba es que hay una corriente de opinión que se muestra en la prensa pidiendo en un titular “Llamen a Kissinger”, en referencia a Henry Kissinger, porque la política internacional a cargo de Mike Pence y Michael Pompeo es equivocada. “Lo mismo en Venezuela que en Siria e Irán.

Emplazaron al portaaviones Abraham Lincoln en el Golfo Pérsico, pero todo el mundo está seguro de que no se atreverán a atacar porque sería desastroso para ellos. Con Corea del Norte no pudieron lograr un acuerdo de desarme.

Ya se ve que no les están saliendo las cosas. De modo que esta hegemonía unipolar está en transición. Ya no pueden imponer sus designios como antes. Cada vez les cuesta más trabajo.”

(Lea el artículo completo en Gaceta UNAM)

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