Ola migratoria en Cdmx incluye niños, mujeres y hombres

Quienes no hallan lugar en refugios, pernoctan al aire libre en espera de un espacio, o en parques o en terminales de autobuses

Ciudad de México. Desde octubre de 2022 los albergues para migrantes en la Ciudad de México han estado al máximo de su capacidad, pero desde principios de agosto varios reportan que están sobresaturados, triplicando el número de personas en posibilidades de recibir.

Casa Tochan, en la alcaldía Álvaro Obregón, puede alojar a 45, pero actualmente llega a los 150 y diariamente tiene que rechazar hasta 30.

Otro es la Casa de Acogida, Formación y Empoderamiento para Mujeres y Familias Migrantes y Refugiadas (Cafemin), en Gustavo A. Madero, que reporta entre 500 y 600 personas albergadas.

Ante esta situación, los migrantes no tienen opciones, lo que hacen es quedarse en la calle, admitieron encargados de los albergues. Pernoctan afuera en espera de que se abra un espacio, o en parques, en terminales de autobuses y en lugares públicos como la Plaza de la Soledad, padeciendo hambre y las inclemencias del tiempo: frío, lluvia y calor.

La sobresaturación se observa incluso en los albergues gestionados por el gobierno de la ciudad. En el bosque de Tláhuac, se habilitó un espacio temporal con capacidad para 200 migrantes, pero ya hay 400, principalmente haitianos.

Gabriela Hernández, directora de Casa Tochan, expuso que el incremento de migrantes tiene que ver en parte por la desesperación de la gente que estando en Tapachula (Chiapas) no encuentra alternativas, así como tampoco en los otros estados del sur, en que los trámites para solicitar refugio son muy tardados. Además, destacó que una gran población no quieren pedir asilo, sino sólo seguir su camino hacia Estados Unidos.

En ese sentido, señaló que también la Ciudad de México es un gran atractivo porque ya desde aquí se puede utilizar la aplicación CBP One para tramitar una cita y solicitar refugio en ese país.

Nosotros en el albergue sólo atendemos a hombres, pero han llegado mujeres y niñas y esto es un poco más mi angustia, tenemos casi 25 niños, mencionó en entrevista. Indicó que sobre todo llegan personas originarias de Venezuela y en menor medida haitianos.

Los responsables de los albergues gestionados por la sociedad civil también advirtieron que, pese a este contexto, persiste la falta de apoyo gubernamental no sólo para acompañarlos ante los impactos por la demanda de servicios, que lleva más de 11 meses, sino también para abrir nuevos espacios temporales de acogida.

Aldo García, subdirector de Migrantes de la Secretaría de Inclusión y Bienestar Social capitalina, señaló que desde hace dos semanas aumentó la afluencia en el albergue de Tláhuac, y ya estamos saturados. Dijo que los migrantes pueden quedarse 15 días en el lugar para realizar el proceso de cita para solicitud de refugio.

Agregó que personal de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) atendía hasta julio pasado a 80 personas, pero ahora son casi 200.

La Jornada pudo corroborar que quienes llegan y no encuentran un espacio se quedan en el exterior sin saber qué hacer. Así le sucedió a Jan, haitiano, y a otros 20 compañeros suyos, los cuales externaron su preocupación porque no sabían a dónde más ir y tenían que permanecer cerca para poder regresar este lunes, ya que personal de la Comar les dijo que sería hasta ese día cuando podrían continuar con su registro para la cita de solicitud de refugio.

En Cafemin la realidad es similar a lo que sucede en los demás albergues. Afuera hay migrantes en espera de que se desocupe un lugar para ser recibido. Ante la lluvia de estos días, algunos aprovechan para bañarse, en tanto el resto se guarece en casas de campaña o con algunos cartones.

Neli Velázquez, hondureña, está en este albergue desde hace poco más de un mes junto con su bebé, de 2 años de edad, y su esposo, por lo que debe buscar una casa para rentar en lo que obtiene su cita CBP One o mientras junta dinero para avanzar hacia la frontera norte.

“El miércoles ya tenemos que salirnos para darle chance a otras personas a que entren, no sabemos cómo le vamos a hacer porque acá las rentas están bien caras… tampoco tenemos dinero para irnos al norte y el tren La Bestia no es opción por mi bebé”, expresó.

(Con información de La Jornada)

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