Urgen transparentar flujo de armas en República Centroafricana

El enviado de la ONU para República Centroafricana pidió este jueves a Rusia, China y Estados Unidos «coherencia diplomática» y «transparencia» en el flujo de armas en momentos en que Moscú busca un papel mayor en el atribulado país sub-sahariano.

En una entrevista con la AFP, el emisario de la ONU Parfait Onanga-Anyanga, cuyo mandato culmina a fin de año, dijo sentir una «una esperanza mesurada, pero definitiva» para el país, aun cuando los grupos armados siguen protagonizando enfrentamientos.

El presidente Faustin-Archange Tuadera controla solo una parte de la república, en buena parte copada por militantes que dicen proteger a comunidades cristianas o musulmanas.

Al dirigirse a la Asamblea General de la ONU, Tuadera urgió a un inmediato levantamiento del embargo de armas impuesto al país.

Onanga-Anyanga dijo que la necesidad de armas es «innegable» en la medida que el gobierno conforma sus propias fuerzas armadas a un ritmo de 1 mil 300 nuevos soldados por año hasta 2023.

Rusia ya recibió una exención. «China, pero también Estados Unidos, han propuesto nuevas cantidades de armas», dijo el enviado de la ONU. «Es por una buena razón».

Los europeos que entrenan a las tropas regulares centroafricanas han respaldado un aumento del flujo de pertrechos, agregó Onanga-Anyanga.

«Es peligroso tener hombres entrenados holgazaneando el día entero. Si no están bajo supervisión y son puestos a trabajar, corren el riesgo de ser atraídos por los demonios del pasado y regresar a la depredación», indicó.

También reconoció la «necesidad de la más clara transparencia». La ONU acaba de verificar, con el Ministerio de Defensa y Rusia, el envío de armas por parte de Moscú.

Señaló que el jefe de la Comisión de Sanciones de la ONU viajará el 2 de octubre a Bangui para «examinar las necesidades y cerciorarse de que estas transacciones están en línea con las posiciones del Consejo de Seguridad.»

Cacofonía diplomática

Miles de personas murieron, 700.000 fueron desplazadas dentro del país y 570.000 han huido al extranjero desde 2013, cuando las milicias de la mayoría musulmana derrocaron al líder Francois Bozize, cristiano.

Rusia, además de enviar armas, ha propuesto mediar entre los rebeldes y sostener una reunión en Sudán con los grupos armados, síntoma de las crecientes ambiciones de Moscú en África.

Francia, antiguo poder colonial en República Centroafricana, rechazó la iniciativa rusa al afirmar que «no hay alternativa» al proceso que encabeza la Unión Africana.

«Debe haber absoluta coordinación entre los socios», dijo Onanga-Anyanga sobre la mediación política. «Para que sea constructiva, todos tienen que tener la misma visión y abordaje».

Actuar «en solitario, con acciones no coordinadas, crea una auténtica cacofonía», agregó.

El presidente Tuadera dijo a los periodistas tras conversaciones este jueves en la ONU, que el papel de Rusia solo es de «facilitación».

«Estamos trabajando para sostener un próximo diálogo con los grupos armados para buscar la paz y la reconciliación», señaló el mandatario centroafircano.

Smail Chergui, que encabeza la comisión de paz y seguridad de la Unión Africana, calificó a la reunión rusa de Jartum de «complementaria» y que «no reemplazará la iniciativa africana».

La Fuerza de Estabilización de la ONU en República Centroafricana cuenta con 12.000 soldados y 2.000 policías.

Hace casi un año, el Consejo de Seguridad autorizó un aumento de 900 efectivos en el contingente militar, aunque Onanga-Anyanga admitió que el nivel aún no se había alcanzado y que habían llegado tropas de Ruanda y Nepal pero que aún no contaban con el equipamiento.

Desde su creación en 2014, la fuerza de mantenimiento de paz de la ONU conocida como MINUSCA ha sufrido la muerte de 70 uniformados.

(Con información de AFP)

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