Ante alta inflación, miles de húngaros exigen alza salarial

El gobierno defraudó a los profesores al darles sueldos exiguos, mientras la inflación superó el 20% en septiembre y sigue aumentando

Budapest, Hungría. Miles de húngaros, entre los que se encontraban profesores y estudiantes, marcharon el domingo por Budapest para protestar contra el gobierno, exigiendo un aumento de los salarios y un freno a la creciente inflación que está mermando los ingresos.

Los manifestantes cruzaron un puente sobre el Danubio con pancartas como «Orban, piérdete» y «Sin profesores, no hay futuro», pocas horas después de que el primer ministro, el nacionalista Viktor Orban, se comprometiera a preservar la estabilidad económica y a mantener un tope en la factura energética de los hogares, incluso a pesar de que la Unión Europea se está hundiendo en una «crisis económica».

No obstante, en la última de una serie de protestas antigubernamentales, los participantes dijeron que su gobierno defraudó a los profesores al darles sueldos exiguos, mientras que la inflación, que superó el 20% en septiembre y sigue aumentando, se estaba volviendo insoportable.

«Estoy aquí (…) por mis hijos, debe haber un cambio», dijo Gyongyi Bereczky, un cartero que se unió a las protestas por primera vez. «Esta inflación galopante (…) ya no podemos ahorrar en absoluto, simplemente no podemos llegar a fin de mes porque los precios se disparan».

Los profesores y los estudiantes han estado protestando para reclamar salarios más altos, una solución a la creciente escasez de profesores y el derecho a la huelga.

Mientras el país conmemoraba el aniversario del levantamiento de 1956 contra el régimen soviético, Orban, que fue reelegido para un cuarto mandato consecutivo en abril, dijo el domingo que el próximo año planteará retos con la guerra en la vecina Ucrania.

«Una guerra en el Este y una crisis económica en Occidente», dijo Orban a sus partidarios en Zalaegerszeg, a unos 200 kilómetros al oeste de Budapest, y añadió que hay una «crisis financiera y una recesión económica en la UE».

«En 1956 aprendimos que la unidad es necesaria en tiempos difíciles (…) preservaremos la estabilidad económica, todo el mundo tendrá trabajo, podremos defender el régimen de topes en las facturas de la energía, y las familias no se quedarán solas», agregó.

Los topes en las facturas de gas y electricidad han sido un pilar fundamental de las políticas de Orban, pero los costos del plan se dispararon este año debido a la subida de los precios de la energía, lo que supuso una carga para el presupuesto del Estado. El gobierno se vio obligado a suprimir el límite para los hogares con mayor consumo a partir del 1 de agosto.

En diciembre deberá modificar el presupuesto de 2023, ya que la ley presupuestaria, aprobada en julio, preveía un crecimiento del 4,1% para el próximo año, mientras que la inflación se situaba en el 5,2%, unas previsiones que han quedado obsoletas por el aumento de los precios hasta los dos dígitos. Ahora se espera que el crecimiento económico se reduzca al 1% el próximo año.

(Con informaci´no de La Jornada)

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