Autoritarismo al aplicar el Quédate en casa en Tabasco

La falda de diálogo, poder convencimiento, es sustituido por el uso de la fuerza pública para evitar que tabasqueños salgan a buscar el sustento

La propuesta del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, de diálogo y más diálogo, es soslayada en Tabasco en la aplicación de las medidas sanitarias que la gente no cumple en gran medida por la grave situación económica de las familias.

Con la llegada del covid 19, la pobreza en la entidad originaria de AMLO se intensificó y se extendió, ante la imposición de las normas del sector salud para evitar precisamente la propagación del coronavirus de manera exponencial.

La gente, obviamente no tiene recursos para comprar y usar una o varias mascarillas al día para salir a trabajar o hacer la compra cotidiana de alimentos. Mucho menos para gel.

El gobierno del estado ha llegado al extremo de, permítaseme el término, racionar el transporte público, de tal manera que muchos padres y madres de familia se quedaron sin la oportunidad de salir o peor aún sin poder retornar oportunamente a sus hogares.

Incluso, el gobierno del estado ha establecido controles de movilidad a las entradas y salidas de la ciudad de Villahermosa, lo mismo que en los principales cruces al interior de la capital tabasqueña.

Junto a ellos, se incluye el establecimiento de controles sanitarios en los sitios mencionados arriba y hasta en los mercados públicos, de tal modo que la actividad económica y la compra de alimentos se vuelve un viacrucis.

Por si fuera poco, ante la resistencia de vendedores ambulantes y locatarios, se ha utilizado la fuerza pública para desalojar y evitar la venta por parte de puestos semifijos, e perjuicio de las familias más necesitadas, mientras los grandes centros comerciales siguen abiertos al público.

Plausiblemente, hay una buena intención detrás de estas acciones, como lo sería la de prevenir una alta tasa de contagios por el SARS CoV 2, pero no se debe olvidar la cuestión económica que asfixia a miles de familias tabasqueñas.

Tampoco se pueden obviar los actos irresponsables de muchos habitantes que sin necesidad alguna violentan las reglas de quedarse en casa, sana distancia, uso de cubrebocas, toser o estornudar cubriéndose con el antebrazo para evitar esparcir el virus a su alrededor, etcétera.

Detrás de esta lucha hay por lo menos dos factores que no debemos dejar de lado:

1. La falta de comunicación eficaz de la seriedad de la epidemia y

2. La represión policiaca a la población que con toda justicia busca un pan para llevarse a la boca.

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