TLC dejó efectos perversos en la población yucateca

La entidad sufrió una transición epidemiológica al pasar de un esquema de enfermedades infecciosas a uno de enfermedades crónicas

Mérida, Yucatán. “En Yucatán, al igual que en todo el país, tenemos problemas de transición nutricional y epidemiológica. Yucatán ha sido un estado que durante muchos años fue golpeado por temas de bajo peso, desnutrición, baja talla y la población yucateca ha cambiado la alimentación, al tiempo que hemos también sufrido una transición epidemiológica de pasar de un esquema de enfermedades infecciosas a uno de enfermedades crónicas”, afirmó la nutrióloga Ileana Fajardo Niquete, directora estatal de Nutrición de la Secretaría de Salud de Yucatán.

Añadió que esa transición nutricional se produjo cuando llegó el Tratado de Libre Comercio (TLCAN), hace casi 30 años (en diciembre de 1992), debido a que comenzó la introducción de alimentos ultraprocesados “que cambió y modificó por completo nuestra dieta”.

“Sobre todo que la entrada de estos alimentos no vino acompañada de un tema educativo, no es lo mismo comer una papaya, una manzana fresca o un plátano, que comer una barra o un pastelito que sabe a plátano o a papaya pero que tiene otros 12 o 15 ingredientes”, abundó.

Consideró que debido a ese desconocimiento, se comenzó a ingerir esos alimentos industrializados, “los consumimos como si no hicieran daño y resulta que 30 o 40 años después, estamos viendo las consecuencias, no sólo en México, por eso desde la Secretaría de Salud hemos estado impulsando estrategias como el regreso a la dieta tradicional”.

Indicó que en una misma casa se puede encontrar, todavía, esa doble carga de nutrición, niños con bajo peso, con sus hermanos mayores con obesidad, “y en un mismo niño podemos encontrar diversos ambientes, obesidad, talla baja y deficiencia de nutrimentos, con anemia por ejemplo”.

No es que la gente no tenga para comer, porque puntualizó que ese escenario se ve poco en Yucatán, pero si tiene que ver con la calidad de la dieta.

“Hay que recordarle al yucateco que vivimos en un estado privilegiado, también en cuestiones de alimentación y gastronomía, y regresar a la dieta tradicional, recordarle lo sano que es sentarse a comer un puchero, dos panuchos o dos salbutes que tienen todos los grupos de alimentos”, recalcó.

Opinó que hay que dejar de satanizar un poco la comida yucateca, porque el problema no es la comida sino el exceso de ella, “si en lugar de comernos dos panuchos nos comemos cinco o seis y lo acompañamos con bebidas azucaradas, y si aparte le sumamos que no estamos haciendo ejercicio, entonces no es una buena combinación”.

A su criterio la primera educación es el ejemplo, porque los niños aprenden por imitación, aprenden viendo a sus padres, y si ellos consumen alimentos frescos, alimentos de la región, fruta de temporada, pues los niños los van a consumir.

Reconoció que es complicado preparar una lonchera escolar, porque los padres de hoy en día trabajan, no tienen tiempo y es más fácil para ellos comprar un alimento industrializado, “pero tenemos una responsabilidad cuando tenemos un hijo y somos los encargados de que se cuide ese derecho a una alimentación sana, no es nada más que entendamos que somos los proveedores de alimentos de nuestros hijos, sino que somos los proveedores de alimentos saludables, entonces tenemos que acostumbrarnos a hacer esa programación, una noche antes, preparar un sándwich, picar fruta o verdura”.

“Porque este pensar que nada pasa, que es sólo un alimento, pues es lo que nos ha llevado a tener niños con problemas de obesidad”, concluyó.

(Con información de La Jornada Maya)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Social Media Auto Publish Powered By : XYZScripts.com