Mérida, Cero en seguridad vial, advierte un estudio

Demandan ‘expertos’ reforma integral que incluya leyes, financiamiento, infraestructura, diseño y, sobre todo, voluntad política

Mérida, Yucatán. Urge una reforma integral para mejorar el servicio del transporte público en Mérida y garantizar el derecho a una movilidad sostenible y segura, que abarque desde el ámbito legislativo, leyes, financiamiento, infraestructura, diseño, pero sobre todo voluntad política de las autoridades estatales y municipales, señalaron expertos en movilidad.

Pese a que el transporte público es la columna vertebral de la movilidad en la ciudad, pues casi la mitad de la población usa los autobuses o “combis” para ir a la escuela o al trabajo, según el Observatorio de la Movilidad Sostenible de Mérida (OMSM), aún quedan aristas sin resolver.

El transporte público no es un problema nuevo, pero se hizo más evidente durante la pandemia de Covid-19. Si bien las autoridades implementaron diversos proyectos y planes para garantizar la sana distancia en el centro de la ciudad, además de la implementación de infraestructura ciclista que incentive el uso de la bicicleta, quedan problemas por resolver.

En un recorrido realizado en días pasados, entre las 6 y 7 de la mañana, por varios puntos del corazón de Mérida, se pudo comprobar la problemática: largas filas de gente esperando la llegada de su camión en los paraderos, son personas que tienen que usar el transporte para llegar a su centro laboral, principalmente.

El OMSM documenta que 46.9 por ciento de los viajes se hacen en transporte público y 31. 5 por ciento en vehículo particular.

Datos del Instituto de Movilidad y Desarrollo Urbano Territorial del estado (IMDUT), indican que 26 por ciento de la población usa el transporte público para ir a la escuela, mientras que 37 por ciento lo usa para ir al trabajo.

En Yucatán, según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) del 2019, el parque vehicular era de 873 mil 132 vehículos. De esta cifra, 540 mil 13 son
automóviles y sólo 2 mil 200 camiones para pasajeros de transporte público.

Mérida, en el Ranking Ciclociudades 2021, realizado por el Instituto de Políticas para el Transporte y el Desarrollo (ITDP por sus siglas en inglés) salió reprobada en seguridad vial, con 0 por ciento, y en intermodalidad con apenas 9 por ciento.

Eduardo Monsreal Toraya, integrante del OMSM, indicó que los problemas en el transporte de deben a la ausencia de una reforma estructural para todo el sistema, desde la parte del diseño de rutas, la legislativa, administrativa, y más acciones que no se han hecho; sumado a que no existen datos actualizados, “no existe un diagnóstico claro”, afirmó.

Para el analista en desarrollo urbano, una de las primeras barreras para lograr esto es el financiamiento, la certeza respecto a las inversiones de las empresas del transporte; además de falta de recursos por parte de las autoridades estatales para la mejora del servicio.

Entonces, según su opinión, el estado también debería destinar un recurso o subsidio formal, garantizado por ley, que contribuya a la mejora de las unidades y mantenimiento de las mismas.

También, dijo, son importantes las reformas legislativas en materia de movilidad; que haya una ley que establezca instrumentos y financiamiento para el transporte público, reiteró. Por otro lado, opinó que el municipio puede ayudar para solucionar el tema, no en el de concesiones, sino en construir la infraestructura necesaria, carriles preferenciales para camiones.

Desigualdad social

Quienes más usan el transporte es la clase trabajadora, mujeres y hombres que salen todos los días para ganarse el pan de cada día, jóvenes que necesitan llegar a sus escuelas.

“Casi todos los que toman decisiones no usan el transporte público cotidianamente, no les toca experimentar todas estas penurias y deficiencias; como es algo que les es ajeno, no lo consideran como una prioridad”, reconoció Monsreal Toraya.

Aunado a esto, hay cierto estigma hacia las personas que usan el transporte, se les tilda de pobres o que no pueden comprar un automóvil, aceptó Rodrigo Casanova Castro, integrante de Bitácora de Movilidad.

No basta con tomarse fotos cuando hay campañas. “Si las autoridades fueran usuarios del transporte se podrían dar cuenta de estas carencias”, manifestó.

(Con información de La Jornada Maya)

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