El lector debe ser un activista por la verdad

El escritor Juan Villoro presentó su libro ‘El vértigo horizontal: Una ciudad llamada México’ en la capital de Yucatán

Mérida, Yucatán. Ante una época de fake news, los periódicos y periodistas tienen una responsabilidad con la verdad. Aunado a esto, agregó, también el lector debe ser un activista de la verdad.

Ante una era donde la palabra posverdad es cada vez más común, del auge de fake news, de información distorsionada por las redes sociales, «el papel de los periodistas es luchar aun más por la verdad, en un momento donde no está siendo tomada en cuenta», reflexionó Juan Villoro, en entrevista para La Jornada Maya.

El escritor presentó este domingo su libro El vértigo horizontal: Una ciudad llamada México ante un salón repleto, como parte de los eventos de la Feria Internacional de la Lectura Yucatán (Filey) 2019.

Para el periodista cualquier campaña de distorsión de la verdad debe ser sancionada, aunque es complicado el tema, pues hoy en día gracias a las redes sociales se abren cuentas falsas a nombre de supuestas personas que en realidad son máquinas (bots) o asociaciones civiles que no existen.

Desde su perspectiva, las redes sociales han tenido un efecto adictivo en muchas personas que no leen las fuentes correctas, sino opiniones sobre opiniones y opiniones. «El nivel de distorsión es muy grande y al final no se discute la fuente correcta», apuntó.

Por lo tanto, enfatizó, debemos estar muy atentos y los periódicos independientes, entre ellos La Jornada, tienen una responsabilidad muy grande, pero también los lectores.

«Le corresponde a los lectores convertirse en activistas de la verdad, es muy importante que digan yo defiendo a un medio como La Jornada, que el lector se convierta en un cómplice activo de la información», subrayó.

Porque si no, vamos a quedar a expensas del mercado y éste no está interesado en que circule la verdad, añadió.

Mérida y Ciudad de México

Aunque no es un experto urbanista, Juan Villoro, quien se describe como un simple testigo del fenómeno urbano, opina que Mérida es una ciudad que ha crecido bastante, tiene una expansión muy interesante pero todavía contenible, administrable y aún se pueden evitar errores como en Ciudad de México, en cuanto al tráfico y vialidad, preservar áreas verdes, establecer límites para la expansión de la ciudad, evitar la especulación inmobiliaria. «Mérida está en buen momento de evitar esto», consideró.

Similitudes

El artista, de madre yucateca, encuentra similitudes en ambas metrópolis: concentran herencias históricas muy variadas, en Mérida hay una herencia prehispánica maya, española; ambas ciudades son urbes modernas, que les dan una gran personalidad.

El extraño

En toda la sociedad es inevitable pensar que el de fuera al ser extraño es un invasor y por lo tanto es un peligro, comentó Villoro. Pero eso, subrayó, es uno de los grandes desafíos culturales de nuestra época, donde se viven tiempos de migraciones y de xenofobia, del cual debemos alejarnos. «Debemos ponernos a salvo de esto, debemos darle, en la medida de lo posible, acogida a la gente de fuera y reconocer que las mezclas culturales son provechosas».

La cuarta transformación

Andrés Manuel López Obrador ganó con todo merecimiento las elecciones, manifestó. Tuvo un respaldo extraordinario pro parte de los votantes y tiene una creciente simpatía, en él la gente vio al más inconforme de todos los candidatos y quien se parecía más a la ciudadanía harta de los gobiernos anteriores.

Hasta el momento, el periodista detecta cosas positivas y negativas en su gobierno, pero advirtió que es peligroso caer en una polarización y que se diga que todo es bueno o todo es malo. Por ejemplo, destacó la conversión de las Islas Marías en un centro cultural, al igual que la residencia de Los Pinos, la lucha contra el huachicol, la abertura de los documentos del CISEN, entre otras acciones.

Pero hay cosas que parecen preocupantes, señaló, como el proyecto Tren Maya, el cual en su opinión es desarrollista e irresponsable, propia de un gobierno de derecha, que va a favorecer un sector de la empresa y turismo, y va a alterar la condición de vida de las comunidades mayas, atentar contra la naturaleza, desplazar a más de 4 millones al año. «Va a ser un Cancún en movimiento y eso me parece terrible», lamentó.

(Con información de La Jornada Maya)

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