Crea joven yucateco robot sanitario que habla maya

“Lo único imposible es aquello que no intentas”, dice una voz de computadora antes de comenzar con el filtro de bioseguridad

A 22 kilómetros de Mérida, en Tepich Carrillo, una localidad que no supera los mil habitantes, y en un pequeño cuarto que también alberga una estufa y un refrigerador se encuentra el taller de William Alexis Ortíz Noh, donde creó un robot con sensores para detectar la temperatura, proporcionar gel antibacterial y que, además, habla en maya.

“Lo único imposible es aquello que no intentas”, dice una voz de computadora antes de comenzar con el filtro de bioseguridad requerido ante el Covid-19. Como esa hay 10 frases de motivación en español, 10 en maya, 10 chistes y 10 bombas yucatecas.

Nortiz Robotics es el primer prototipo de un robot humanoide que crea William y que serviría para alertar y prevenir el Covid-19 en espacios públicos; fue fabricado 100 por ciento con recursos propios y de la familia de Alexis, que contribuyó con las aportaciones para que el joven de 22 años desarrollara el dispositivo que tuvo un costo de 16 mil pesos.

El androide fue hecho con la pantalla de un celular viejo, sensores de robot desarmados y algunas piezas fueron traídas de China.

“Es ingeniería inversa, destruir una cosa y acoplarla para dar origen a algo mejor”, señala el joven.

Lo difícil fue avanzar en medio de las restricciones mundiales a causa del coronavirus: el transporte para ir de su comunidad, que es territorio del municipio de Acanceh, a Mérida a conseguir las piezas era escaso y el cierre del comercio internacional dificultó la llegada del material tecnológico que requería.

El cuerpo está hecho con fibra de vidrio a partir de un molde con cuerpo similar al de una persona y que se coloca desde el patio de la casa de William.

“Decidí que sea así para que sea aceptable para la sociedad, que tenga una forma de niño para que produzca cariño, que tenga una sonrisa y sea bien aceptado”, destaca Ortiz Noh.

El estudiante de Ingeniería Mecatrónica tardó ocho meses en crear a Nortiz, que lleva ese nombre como una conjunción de sus dos apellidos. Sin embargo, con la experiencia adquirida, asegura que podría reproducir un nuevo robot en una semana.

De hecho, el joven ya prepara la segunda versión de Nortiz, que será un robot con movimiento autónomo, una mayor interacción y con sensores y cámaras mejoradas, pero que no ha podido ser culminado por que requiere una inversión mayor y no ha conseguido los recursos para completar el material.

El orgullo de la casa, hijo único de la familia, ha visto su talento limitado ante la falta de recursos económicos para continuar sus creaciones y aunque ha tocado diversas puertas buscando un respaldo, ninguna ha sido abierta.

“Para el segundo prototipo yo tengo que buscar el dinero así que pienso que podría terminarlo como en un año porque es más caro que el primero, necesito como 50 mil o 60 mil pesos”, comentó.

William Alexis defiende que su robot servirá para evitar el contacto persona a persona en los filtros, lo que contribuye a la reducción de contagios de SARS-CoV-2. Además, considera que es inclusivo porque tiene la capacidad de hablar en maya y hasta podría ser un atractivo turístico gracias a las bombas yucatecas que se le pueden programar.

(Con información de La Jornada Maya)

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