Con un salario al día vive el 75% al sur de Mérida

La «conciencia colectiva» ha priorizado el desarrollo de otras zonas y la solución de carencias en otros sectores, señala antropólogo

Mérida, Yucatán. El sur de Mérida, desde el inicio de su crecimiento entre la década de los 40 y 50, ha significado para sus habitantes una «tierra prometida», la cual actualmente se ha modernizado, pero sigue encontrando en la pobreza su principal característica, señaló el antropólogo, docente e investigador, Adrián Verde Cañetas, en la presentación Mitos y Realidades en el Sur de Mérida, realizada en el Centro Cultural Olimpo este 23 de enero.

Desde promesas políticas para el desarrollo del polígono, pasando por la omnipresencia de la iconografía católica y la fe en el sur de la ciudad, y en sus orígenes por la llegada de pobladores del interior del estado que migraron debido a la decadencia de la industria henequenera, el sur de la ciudad se mantiene como esperanza de mejora de vida para sus residentes, describió el antropólogo.

Hoy en día se mantienen esas promesas, ya que el 75 por ciento de la población del sur de Mérida vive ganando un salario mínimo o uno y medio al día, destacó el investigador. Otro reflejo es la inserción laboral a muy temprana edad de los hombres, que tiene como consecuencia el abandono escolar, a veces, incluso desde la primaria, lo que se traduce en pobreza.

Falta de políticas

Otro ejemplo de las carencias sociales que se encuentran en el sur es la falta de políticas públicas en apoyo a discapacitados. Adrián Verde remarcó que en las colonias dentro de esta región hay un grupo de población muy bien identificado de personas con discapacidades mentales y motrices, mismos que son cobijados e identificados claramente por la comunidad.

«Es gente muy bien identificada pero que sus condiciones siguen siendo precarias. En ese sentido, hace falta una política pública más focal, más humanista y que dé un sentido puntual a los apoyos que se le tiene que dar a esta gente», señaló.

En el aspecto sociocultural, la fe es un fenómeno muy fuerte de la zona. «Todo lo que tiene que ver con magia, religión, chamanismo, brujería (…) se puede encontrar en el sur, porque es una zona que quizá por las condiciones socioeconómicas se prestó precisamente para que pudiera crecer el negocio de la fe». El antropólogo señaló que la religión católica se encuentra presente, con su iconografía, «en todos los rincones del sur», donde han proliferado las iglesias, subrayó.

En el año pasado, entre 300 y 400 personas realizaron procesión en octubre, desde Xoclán hasta el Santuario de la Santa Muerte, ubicado en la colonia Mercedes Barrera.

El sur hereda la representación social de ser una zona peligrosa por sus pandillas, drogadicción y vandalismo; sin embargo, la zona no es lo que era en los 80, cuando hubo altercados fuertes entre pandillas juveniles, incluso con víctimas fatales. Las familias se han apoderado de los espacios públicos, destacó.

El académico resaltó que el sur también ha visto diezmado su progreso debido a la misma «conciencia colectiva de Mérida», que ha priorizado el desarrollo de otras zonas y la solución de carencias en otros sectores.

Prueba de esto, señaló dos proyectos de política pública que en su momento hubiesen significado un impulso para el sur de la ciudad: El Parque Infantil en un terreno de 17 hectáreas en la comisaría de Xmatkuil, mismo que fue propuesto en 1979 y posteriormente detenido debido a que los meridanos creyeron que había prioridades más importantes a ser atendidas, y el proyecto de Metrópolisur, que en palabras del antropólogo representaba una gran esperanza para las colonias allí situadas. «Hoy no estaríamos hablando de este sur, esto que les acabo de contar sería cosa del pasado».

El presupuesto para dicho proyecto de 300 millones de pesos fue aprobado por el Congreso de Yucatán, el mismo sería, según palabras del gobernador Patricio Patrón Laviada, su «máxima obra sexenal», sin embargo, el proyecto se detuvo con el cambio de gobierno.

«Es la misma gente de la ciudad que a veces detiene el crecimiento del sur», argumentó Adrián Verde.

Por último, precisó que respecto a políticas públicas «en términos de apertura la gente del sur hoy en día está más activa que nunca», sobre todo hay un gran activismo de las mujeres del sur, mismo que se traduce en programas sociales y de infraestructura. «Son las mujeres las que constituyen el 90 por ciento de la participación ciudadana», concluyó.

(Con información de La Jornada Maya)

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