Ante inundación, alcalde pide paciencia a motuleños
Al menos 200 habitantes del municipio han sido colocados en los diferentes albergues pero muchos no han querido dejar sus viviendas
Mérida, Yucatán. “Terrible” es como el alcalde de Motul, Roger Aguilar Arroyo, describió la situación del municipio tras el paso del frente frío 9 que afectó gran parte del estado y se “estacionó” en la región.
El edil celebró que el meteoro no dejó pérdidas humanas que lamentar y detalló que sus efectos pudieron sentirse desde las 2 a las 6:30 horas aproximadamente, afectando prácticamente a todas las colonias y comisarías del municipio.
Aguilar Arroyo informó que el gobernador del estado, Mauricio Vila Dosal, envió al director de Protección Civil estatal (Procivy), Enrique Alcocer Basto, para supervisar personalmente los trabajos de las dos pipas de desazolve que dispusieron.
El alcalde motuleño pidió paciencia a la ciudadanía, pues “el gobierno puede mandar diez pipas, pero quien más rápido puede contribuir a que baje el agua es Dios, ya que las pipas son insuficientes para tantos litros de agua”, reconoció.
Señaló que hasta el momento, son 200 los habitantes del municipio que han sido colocados en los diferentes albergues distribuidos en el territorio, pero muchos de ellos se han negado a abandonar sus viviendas.
Aprovechó para felicitar al equipo de Protección Civil municipal, quienes desde las 3 horas de este viernes se reunieron en los bajos del palacio a fin de organizarse para las labores de rescate ciudadano.
“Es algo que nos ‘agarró’ desprevenidos, durmiendo. La lluvia comenzó a caer muy fuerte por la madrugada, y como teníamos el antecedente de Cristóbal, cuando vimos la derrama de agua enseguida acudimos a las zonas que más se inundan”, detalló.
Además del apoyo y comprensión de los habitantes de Motul, el munícipe solicitó al ejecutivo estatal que apoye en lo necesario por esta contingencia, que entre otras cosas demanda la perforación de más pozos.
Recordó que fueron 60 los que se hicieron tras la llegada de Cristóbal, los cuales fueron distribuidos en comisarías, a las que “les tocó” un promedio de cuatro pozos. Ahora son necesarios en la ciudad, así como alcantarillas y registros.
(Con información de La Jornada Maya)
