Sian Ka’an, la voracidad del fuego y los desarrolladores

Más de 2 mil 500 hectáreas de vegetación han sido consumidas por el fuego, cuyo combate se ha dificultado por las condiciones climáticas

Pedro Chakte

Las versiones periodísticas hablan de más de 2 mil 500 hectáreas de vegetación consumidas por el fuego desatado en la Reserva de la Biósfera de Sian Ka’an, cuyo combate se ha dificultado por las condiciones climáticas y, según dice el director de Prevención Civil, por la austeridad en la Comisión Nacional Forestal (Conafor).

Lo cierto es que las autoridades federales a través de la Conafor, la Semar y Sedena, en consonancia con el Gobierno del Estado de Quintana Roo combaten el incendio con relativo éxito o fracaso, según se vea.

El titular de @ProtCivil_QRoo, Adrián Martínez Ortega, señaló que la dependencia (en referencia a Conafor) sufrió un recorte de 50%, con lo que tuvieron que prescindir de trabajadores especializados en incendios y que conocían bien la zona que hoy se quema: La reserva ecológica de Sian Ka’an.

Un argumento bastante kafkiano pues el recorte de personal debían aplicarlo en áreas no prioritarias y en el personal con más conocimientos. Y esto aplica para cualquier dependencia, evidentemente.

Más bien, el argumento falaz de Martínez Ortega suena a justificación del fracaso en el control y sofocación del incendio en la muy asediada reserva donde los ‘bondadosos’ inversionistas siempre ha estado asechando la oportunidad para adueñarse de la zona y convertirla en un gran desarrollo turístico.

A este paso, es muy probable que la voracidad del fuego y la de los inversionistas acabe con una buena parte de la extensión territorial ecológica.

Estemos pendientes a ver qué sucede una vez que el fuego se apague y las cenizas se asienten.

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