Sen y la lucha contra la injusticia y la pobreza

Las investigaciones del economista indio han contribuido a la lucha contra la desigualdad, la enfermedad y la ignorancia

Madrid, España. El economista indio Amartya Sen, investigador de referencia mundial sobre la pobreza y el desarrollo humano, fue premiado este miércoles en España con el Princesa de Asturias de Ciencias Sociales por su contribución a «la lucha contra la injusticia».

«Sus investigaciones sobre las hambrunas y su teoría del desarrollo humano, la economía del bienestar y los mecanismos subyacentes de la pobreza han contribuido a la lucha contra la injusticia, la desigualdad, la enfermedad y la ignorancia», indicó el jurado en su fallo.

Amartya Sen, de 87 años de edad y laureado en 1998 con el premio Nobel de Economía, ha sido desde hace décadas una de las voces más firmes en la idea de que el PIB es una herramienta demasiado burda como para reflejar cabalmente el avance económico de un país.

Convencido de que lo humano ha de ser el centro de la economía, Amartya Sen se convirtió en 1990 en el principal artífice del Índice de Desarrollo Humano (IDH), utilizado en el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), y que aúna tres criterios: ingreso por habitante, educación y esperanza de vida.

Una metodología influyente y celebrada, que más adelante inspiró otros indicadores, como el índice de bienestar económico (IBE), o incluso el ya célebre índice de «Felicidad Nacional Bruta» (FNB), elaborado por el reino asiático de Bután.

— El hambre, cuestión de desigualdad y no de escasez –

Amartya Sen, doctor por la Universidad de Cambridge y con una larga trayectoria docente en la London School of Economics, Oxford y Harvard, entre otros, es un referente desde que en 1981 publicó su ensayo «Poverty and Famines. An Essay on Entitlement and Deprivation», traducido en español como «Pobreza y hambruna».

En él expuso cómo el hambre se debe a las desigualdades en la distribución de alimentos, y no a su escasez.

Igualmente acuñó los conceptos de «capacidad» y «libertad positiva», entendidos como la posibilidad real de una persona de hacer algo, en contraposición al concepto clásico de la «libertad negativa», concebida como la no interferencia de otros actores en la actividad económica.

«Su enfoque de las capacidades de las personas se ha extendido al conjunto de las ciencias sociales», e «influido de manera decisiva en los planes de desarrollo y en las políticas de las más relevantes instituciones mundiales», enfatizó el jurado.

«Toda su trayectoria intelectual ha contribuido de manera profunda y efectiva a promover la justicia, la libertad y la democracia», apuntó también el jurado, que calificó a Sen de «figura clave del pensamiento actual y maestro de maestros».

(Con información de La Jornada)

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