Se debe tocar a fondo el tema del racismo educativo

El racismo intersecta todas las formas de injusticia educativa; esto se ha podido constatar con estudios de caso, desde escuelas primarias hasta universidades, donde opera con mucho mayor fuerza ese fenómeno, cuando se trata de poblaciones marcadas por la migración, desplazamientos por conflictos armados, empobrecidas y racializadas, afirmó Elizabeth Castillo, académica de la Universidad del Cauca, Colombia.

Al participar en el Coloquio Internacional Racismo y Xenofobia en escuelas de Argentina, Chile, Colombia y México, añadió que el racismo escolar es un fenómeno multidimensional basado en marcadores de clase, género y raza, mediante los cuales se subalternizan poblaciones y culturas.

Ese racismo es estructural en el sistema educativo y se manifiesta mediante currículos, prácticas pedagógicas, iconografía, sistemas de evaluación, textos escolares, formación docente y la cultura escolar en general.

Las cuatro grandes dimensiones del racismo escolar son las políticas educativas nacionales, la cultura escolar, la formación docente y las políticas de conocimiento, escenarios sobre los que se ha construido “eso que llamamos los racismos en la escuela”. El fenómeno nos interpela; no podemos seguir hablando de él sólo en las facultades de ciencias sociales o los departamentos de estudios interculturales “porque resulta que es más cruel cuando eres la única mujer indígena que estudia medicina, o la única mujer afro en ingeniería mecánica”, sostuvo.

De la Universidad Veracruzana, Bruno Baronnet refirió que el racismo estructural y la xenofobia penetran por medio de la visibilidad estereotipada y folclorizada de lo que llamaríamos la ancestralidad, y que debemos interpelar desde la formación docente antirracista.

El racismo y el antirracismo están presentes en los deportes, las artes o la literatura; también en el ámbito educativo, en el que hay hechos históricos que la escuela calla, o rituales vacíos de sentido desde las perspectivas infantiles.

María Emilia Tijoux, de la Universidad de Chile, recordó que en su país y otros de la región hay una historia violenta que precede a la formación del Estado-nación contra la población indígena y africana. Se impuso una identidad “nacional” homogeneizadora que debía combatir a sus “enemigos”, los integrantes de pueblos indígenas y otros.

En los años 90 comenzó la llegada de personas migrantes a territorio chileno, que fue entendida como un problema. La sociedad se sintió invadida y en peligro. Así, “migrante” se convierte en un apelativo que generaliza y es racista. Personas provenientes de siete países, entre ellos Bolivia, Ecuador, Haití y Venezuela, fueron señaladas negativamente.

Expresiones y consecuencias
En la inauguración del Coloquio, Jimena Rodríguez Pavón, del Seminario Universitario Interdisciplinario sobre Racismo y Xenofobia (SURXE), explicó que este encuentro académico es impulsado por el propio Seminario y el Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades, ambos de la UNAM, junto con la Dirección de Etnohistoria del Instituto Nacional de Antropología e Historia, y el Instituto de Investigaciones Gino Germani (IIGG) de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires.

Recordó que ya desde 2022 se tenía la inquietud y la difícil tarea de comparar las expresiones y consecuencias de los racismos en diferentes contextos nacionales. “Aunque el racismo es un mismo sistema estructural de poder, se construye y se expresa en formas muy diferentes, de acuerdo con cada contexto nacional”.

María Elisa Velázquez Gutiérrez, directora de Etnohistoria del INAH e integrante del Seminario, recalcó que sumar esfuerzos con Argentina, Chile, Colombia y México ha sido un trabajo muy importante.

Calificó como urgente explicar el fenómeno del racismo y buscar herramientas concretas para erradicarlo. Los seres humanos somos una sola especie, con diversidad genética y cultural, y con igualdad de derechos; la división en razas es completamente absurda. Hay que tocar esos temas a fondo, sobre todo en el momento de la educación de los niños y en el hogar, recalcó.

Martín Unzué, director del IIGG, dijo que es claro que las cuestiones de racismo y xenofobia atraviesan nuestro continente. Abordar el problema en la escuela, como espacio integrador, es de enorme relevancia, y este tipo de encuentros internacionales son espacios de intercambio de enorme importancia.

Por su parte, Gisele Kleidermacher, del mismo Instituto, dijo que se ha venido trabajando en el análisis del racismo, discriminación y xenofobia en escuelas medias de la ciudad autónoma de Buenos Aires; “es un gusto participar en este seminario, discutir y visibilizar las investigaciones que realizamos”.

En la primera sesión del Coloquio, coordinado por Gisele Kleidermacher y Darío Lanzetta, del IIGG; Cristina Masferrer, del INAH, y Jimena Rodríguez, del SURXE, también participaron María Laura Diez y Gabriela Novaro, ambas académicas de la Universidad de Buenos Aires.

(Con información de Gaceta UNAM)

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