Rusia retira cargos y deja en libertad a periodista

La decisión, casi sin precedentes, fue posible como consecuencia de la indignación y la movilización de la sociedad civil

Las autoridades rusas retiraron este martes los cargos contra el periodista de investigación Iván Golunov, acusado de tráfico de droga, y lo dejaron en libertad, una decisión casi sin precedentes como consecuencia de la indignación y la movilización de la sociedad civil.

Desde el jueves pasado sobrevolaban las dudas sobre las condiciones de detención y la veracidad de las acusaciones contra este periodista del medio independiente Meduza, conocido por sus investigaciones de corrupción de las élites y malversaciones en sectores como el microcrédito o las pompas fúnebres.

«Hoy será levantado su arresto domiciliario y los cargos serán retirados» explicó el ministro de Interior ruso, Vladimir Kolokoltsev, en un comunicado.

Horas después, Golunov salía de la comisaría y entre lágrimas agradecía la solidaridad nacional e internacional.

«Muchísimas gracias por su apoyo» dijo Golunov ante los periodistas y simpatizantes. El reportero, que había sido acusado por la policía de tráfico de drogas, prometió que continuará con su trabajo de investigación para el sitio independiente Meduza, basado en la vecina Letonia.

La justicia rusa deberá analizar «la legalidad de las acciones de los policías que arrestaron» al periodista el jueves y que afirmaban haber encontrado importantes cantidades de droga en su mochila y luego en un allanamiento en su apartamento.

Según Kolokoltsev, los policías que llevaron a cabo la detención fueron suspendidos durante la investigación. Dos altos cargos policiales serán destituidos por las irregularidades del caso, añadió el ministerio.

Se trata de una decisión casi sin precedentes en Rusia, donde los servicios de seguridad y la policía a menudo son acusados de inventar casos de drogas para sacarse de encima a las voces críticas, y en donde las absoluciones son muy poco frecuentes.

Los partidarios de Golunov denunciaban que se trataba de un caso fabricado para vengarse de sus investigaciones. El periodista afirmaba que las drogas descubiertas por la policía no le pertenecían y fueron colocadas sin su conocimiento.

Los análisis realizados a petición de los tribunales no revelaron ningún rastro de drogas en su sangre y ninguna de las bolsas incautadas llevaba sus huellas dactilares, según sus abogados.

Ola de movilización

«Es una gran noticia. Es un ejemplo inspirador y motivador de lo que una simple solidaridad puede conseguir para la gente que es perseguida», celebró el opositor Alexéi Navalni, objeto de múltiples denuncias judiciales en los últimos años.

La Unión Europea (UE) también saludó que Rusia retirara los cargos contra Golunov, pero reclamó una «investigación exhaustiva y transparente» sobre una eventual «brutalidad policial» durante su detención.

En la misma sintonía, la organización Reporteros Sin Fronteras (RSF) destacó en Twitter una «movilización histórica de la sociedad civil» en Rusia. «Ahora, aquellos que intentaron montar este caso en su contra deben ser juzgados», agregó.

El medio independiente Meduza estimó que «el poder ha escuchado a la sociedad».

En efecto, el caso Golunov provocó una ola de solidaridad poco común en la sociedad rusa, con apoyo desde periódicos independientes hasta medios de comunicación estatales, pasando por artistas e incluso algunos políticos de alto nivel.

Desde el viernes, los rusos han manifestado ante la sede de la policía moscovita con una pancarta, la única forma de protestar en Rusia que no requiere permiso previo de las autoridades.

Cientos de personas se habían reunido además el sábado ante el tribunal que dictaminó la prisión domiciliaria del periodista.

Por primera vez en su historia, los tres periódicos rusos más respetados -Kommersant, Vedomosti y RBK- publicaron una portada común en apoyo a Golunov y exigiendo que se investigue a fondo este caso.

El Kremlin había dicho que seguía «atentamente» la investigación y reconoció que planteaba «muchos interrogantes», sin culpar al sistema judicial.

Navalni publicó este martes una investigación en la que acusa de corrupción a la familia de un alto responsable de los poderosos servicios de seguridad rusos, el FSB, cuyo nombre fue citado por varios medios como el posible «autor intelectual» del caso contra Iván Golunov, a raíz de sus vínculos con la «mafia de los cementerios» investigada por el periodista.

Una marcha en apoyo a Golunov estaba programada para el miércoles en el centro de Moscú, y una petición exigiendo su liberación reunió unas 180.000 firmas.

(Con información de AFP)

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