En cien años, la RAE retiró dos mil 793 palabras

El descarte de los vocablos se dio porque estaban en desuso o tenían poca o nula documentación, requisitos para permanecer

Recientemente, la Real Academia Española (RAE) anunció que, en los últimos cien años, dos mil 793 palabras han sido retiradas de las ediciones de los diccionarios porque estaban en desuso o tenían poca o nula documentación, requisitos para permanecer.

Por ejemplo, pilluelo fue suprimida, en tanto otras, como machín, se integrarán al Diccionario de Mexicanismos en 2020, expuso Concepción Company, investigadora emérita del Instituto de Investigaciones Filológicas (IIFl) e integrante de la Academia Mexicana de la Lengua (AML).

Para ser conservadas, las palabras requieren de cierta cultura lingüística o literaria; pero si no tienen ninguna función, valor o son de poco uso, aunque tengan una o dos documentaciones, son evaluadas por la comisión de lexicografía de una academia de la lengua que determina mantenerla o desecharla.

Es el caso de pilluelo o pillastre, derivadas de pillo, fue eliminada por la RAE porque se trata de un derivativo (segmento o partícula que participa en la derivación de palabras) que puede crear cualquier persona y no requiere consulta al diccionario.

“Los derivativos no tienen por qué ponerse en un diccionario, como mesita, cajita, etcétera, porque son una creación posible de cualquier hablante. Entonces parte de esa lista de salida es porque son transparentes (de significado fácilmente deducible), respecto de su base léxica”, explicó.

Por esta y otras circunstancias hay otras que perdieron su lugar en el diccionario, entre las que se encuentran: enseñorearse, escritorzuelo, cuñadez, durindaina (justicia), bajotraer (humillar) y cocodriz (cocodrilo hembra).

“Cocodriz me gusta, es un clásico, está en las crónicas del siglo XVIII, que es el siglo de las clasificaciones, de la botánica, de la zoología, de los grandes taxónomos de la historia de la humanidad; es la hembra del cocodrilo, documentada en textos periodísticos de dicho periodo, pero aun así la RAE la sacó”, añadió Company.

Tras jornadas de discusión al interior de la AML, se acordó integrar machín al Diccionario de Mexicanismos. Esta palabra, derivada de macho, tiene una connotación muy particular: “cualquiera podría inferir que machín es macho en diminutivo, pero no lo es; en este caso es el intensivo”, aclaró.

También se incluirá todo el campo semántico de los chapulines, pero no en referencia al insecto saltarín, sino a los actores políticos: chapulinismo, chapulineo, chapulinear, chapulín.

“En el Diccionario de Mexicanismos de 2010, chapulín era definido como un animalito saltador. Ahora se asoció connotativamente su acción de brincoteo con lo que hacen algunos políticos acomodaticios (que se ajustan fácilmente a las circunstancias). Debe haber muchos casos, porque si no, no hubiéramos incluido esas palabras.”

En el momento que una palabra entra a un diccionario se le da su carta de naturalización, es decir, la academia respalda que esa forma, ese lema, junto con sus acepciones, tiene una convención (acuerdo) entre los hablantes mexicanos. Entonces, a partir de 2020 machín y chapulín serán palabras naturalizadas en México.

La universitaria subrayó que hay diccionarios integrales que pretenden dar cuenta del vocabulario de todos los países en los que se habla español, y hay otros diferenciales, como el Diccionario de mexicanismos de la AML, cuya intención es dar cuenta del habla de una nación o de una región.

“Un diccionario es el regalo que una institución le hace a la sociedad, porque usted puede haber no leído un libro en su vida, puede no haber visitado una biblioteca, pero estoy segura que tiene un diccionario en casa”, precisó.

Para sustraer una palabra del diccionario tienen que transcurrir alrededor de 50 años sin que haya referentes o documentación respecto a ésta.

“En resumidas cuentas salen muy pocas palabras. Nosotros por ejemplo, como AML, acabamos de sustraer la palabra lejía, porque creemos que ya nadie va a una tlapalería a comprar ese abrasivo sólido e hicimos incluso trabajo de campo. Si hemos hecho bien o no, se sabrá dentro de unas cuantas generaciones o en unos años”, indicó.

En tanto, la inclusión de una palabra al diccionario es un proceso complejo, expuso la también integrante de El Colegio Nacional. Primero tiene que ser de uso diario, sostenido y documentado, al menos por cinco años.

El nuevo Diccionario de Mexicanismos saldrá en el primer trimestre de 2020, detalló la vicepresidenta de la Asociación Internacional de Historia de la Lengua Española.

(Con información de Gaceta UNAM)

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