Falta de ingresos pega al gasto social del gobierno

A fin de cumplir la promesa de no endeudar más al país y ante la falta de ingresos, se optó por detener varios programas sociales

Al gobierno de Andrés Manuel López Obrador no le salieron las cuentas porque falló el presupuesto y la Ley de Ingresos aprobados por el Congreso. Nunca tuvo un ahorro en las finanzas, o como ellos le llaman, un subejercicio; lo que sucedió es que dejaron de ingresar 121 mil millones de pesos debido a que recaudó menos impuestos, cayó el precio del petróleo e incluso el ingreso petrolero fue mucho menor al estimado.

Todo ello llevó a que hiciera un recorte anticipado de sus programas sociales, por ejemplo, el estelar, Jóvenes Construyendo el Futuro, cuyas becas se limitaron a 900 mil beneficiarios para este año en lugar del millón anunciado. Tan sólo en este programa se dejó de gastar 10 mil millones de pesos. ¿La razón? Falta de dinero.

Lo anterior se desprende de documentación oficial, como el Informe sobre la Situación Económica, las Finanzas Públicas y la Deuda al segundo trimestre de 2019 y los Precriterios para 2020.

El presidente López Obrador dijo que el déficit para 2019 sería del 2% del Producto Interno Bruto, es decir que no se endeudaría más allá de ese porcentaje. A fin de cumplir dicha promesa y ante la falta de ingresos, se optó por detener varios programas sociales.

Las cuentas habrían cuadrado si el crecimiento ofrecido por la Cuarta Transformación (4T) y que aprobó la Cámara de Diputados para este año, que sería de entre 1.1 y 2.1, se hubiera materializado, pero según estimaciones del Banco de México apenas alcanzará, si acaso, 0.7%.

El pasado 19 de agosto, durante la Asamblea Nacional de Presidentes Municipales celebrada en San Lázaro, el presidente de la Comisión y Cuenta Pública de la Cámara de Diputados, Alfonso Ramírez Cuéllar, adelantó que hay un problema de ingresos y el presupuesto para el año que entra “está enmarcado en problemas serios”.

El artículo de El Economista

Durante los primeros siete meses del año, los ingresos presupuestarios del sector público registraron una reducción de 2.7%, en términos reales y respecto del mismo periodo del 2018, con lo que el erario percibió recursos por 3 billones 50,852.3 millones de pesos.

Este monto es menor a lo que se tenía programado para el periodo enero-julio por un total de 3 billones 140,265.2 millones de pesos, es decir, faltaron 89,412.9 millones de pesos, de acuerdo con el reporte de finanzas y deuda pública de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).

Si sólo se considera julio, la reducción de los ingresos presupuestarios fue de 19.2%, en términos reales y respecto del mismo mes del 2018, con un total de 428,244.1 millones de pesos.

Expertos comentaron que dicha disminución se debió principalmente a la fuerte desaceleración económica que vive el país. Indicaron que, si bien es normal que en un primer año de gobierno se presente una desaceleración, la del primer año de gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha sido la más acentuada.

“Los resultados que vemos en materia de ingresos son muy delicados porque, al ser el primer mes del tercer trimestre, está reflejando que la economía entró en una fase más profunda de desaceleración. Vemos una recaudación fiscal que no creció en ISR ni en IVA”, expuso José Luis de la Cruz, director general del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC).

De enero a julio, los ingresos que se obtienen por el cobro de impuestos presentaron un aumento anual de 2.6%, con lo que el erario percibió 1.95 billones de pesos. No obstante, al considerar sólo el mes de julio, la reducción fue de 7.5%, con ingresos de 264,157.8 millones de pesos.

La recaudación del Impuesto Sobre la Renta (ISR) presentó un nulo avance y dejó recursos por 1.05 billones de pesos. Es la primera vez que los ingresos por este impuesto no crecen desde 1990 en un periodo similar.

Si se evalúa sólo julio, la recaudación de este gravamen tuvo una reducción anual de 10.1%, lo que significa ingresos por 124,186.3 millones de pesos.

La recaudación del Impuesto al Valor Agregado (IVA) en el acumulado reportó ingresos por 571,041.8 millones de pesos, una reducción de 1.7%, la baja más importante desde el 2013 para un periodo similar. En julio, la recaudación fue de 93,109.1 millones de pesos, una disminución anual de 7.9 por ciento.

“Esto muestra que, en su vida diaria, las empresas y familias están enfrentando ya problemas por la desaceleración económica. Hay un menor consumo, lo que refleja la reducción del IVA. En el caso del ISR, se puede deber a una menor base gravable de sueldos y prestaciones en efectivo”, dijo Raymundo Tenorio, economista del Tecnológico de Monterrey.

En su informe, Hacienda refiere que la reducción en la recaudación del IVA se debió a un incremento en el pago de devoluciones de este impuesto.

Dentro de los ingresos tributarios, también se registra la recaudación que obtuvo del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), que se cobra en la gasolina y el diésel. Creció 66.5% en enero-julio, con lo que aportó recursos por 170,436.2 millones de pesos.

Petróleo dejó 15.8% de los ingresos

Los ingresos petroleros volvieron a reducirse en 18.2% en los primeros siete meses del año, con lo que aportaron al erario 483,337 millones de pesos. Es decir, apenas representaron 15.8% del total de ingresos.

Si sólo se considera el mes de julio, la reducción fue de 26% y sólo en ese mes se obtuvieron ingresos por 70,710.8 millones de pesos.

“Ello, como consecuencia de la disminución en la producción de petróleo (10.1% anual), un menor volumen de las ventas internas y un menor precio promedio de la mezcla mexicana de petróleo”, explicó Hacienda en su reporte.

Ambos especialistas coinciden en que este panorama puede provocar que, durante los siguientes meses, el gobierno tenga que ponderar si va a ser sostenible el gasto que tenía planeado para este año.

Con la presentación del Paquete Económico 2020, el próximo 8 de septiembre, ven posible que tenga que reestimar el escenario con el cual hará su planeación financiera y su expectativa de crecimiento económico.

“Es posible que el gobierno tenga que enfrentar un programa más restrictivo y que, si no hay un programa emergente, las afectaciones a la vida diaria de las personas no solo se verán reflejadas en términos de empleo y de inversión, sino también por los beneficios que reciban algunas personas de los programas sociales, pues es posible que el gobierno tenga que replantear varios de ellos”.

Tenorio mencionó que las constantes caídas en los ingresos petroleros ponen cierta vulnerabilidad en las finanzas públicas, pues sin ese 15.8% que aún aportan, habría más presiones para cubrir los gastos.

Los especialistas concluyeron que, de no mejorar la situación económica del país el gobierno podría utilizar más recursos del Fondo de Estabilización de Ingresos Presupuestarios de lo que tenía contemplado.

(Lea el texto completo en la Revista Proceso y el artículo de El Economista)

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