Aportará Tren Maya 100 años al desarrollo de México

Ya no hay marcha atrás en la transformación, los corruptos no regresarán, dijo el presidente de México en Uxmal

Santa Elena, Yucatán. Rodeado por los imponentes edificios que configuran el Cuadrángulo de las Monjas, en la antigua ciudad maya de Uxmal, el presidente Andrés Manuel López Obrador realzó la importancia del Tren Maya, que permitirá el desarrollo de la región para los próximos 50 o 100 años. Le va a dar vida al sureste.

Definió que el proyecto ferroviario no se limitará a propiciar el desarrollo. Permitirá además la sincronía entre el pasado y el presente: adentrarse en el esplendor de las antiguas culturas mayas y, a la vez, profundizar en el conocimiento de las generaciones herederas y que hoy habitan la región.

Como parte del recorrido que realiza este fin de semana para supervisar el funcionamiento del tren, el jefe del Ejecutivo visitó este sitio arqueológico (declarado en 1996 patrimonio de la humanidad), donde encabezó una reunión con antropólogos y otros especialistas. Aseguró que ya no hay marcha atrás en la transformación, por lo que vaticinó que los corruptos no regresarán.

En el acto se dio un momento de sobresalto. Cuando hacía uso de la voz la restauradora Mariela Carrillo (parte del equipo de especialistas que colaboran en las labores de rescate antropológico paralelas a la construcción del Tren Maya), se suscitó un cortocircuito que interrumpió un par de minutos la ceremonia.

Entre los edificios sur y oeste se alzó primero humo y posteriormente apareció fuego. Tras un par de minutos, éste se disipó, provocando un aplauso entre todos los presentes, incluido López Obrador. En ese instante entró en escena el personal de Protección Civil.

Cuando el Presidente tomó la palabra, la tarde caía al poniente y el Sol se reflejó sobre la Pirámide del Adivino, que se erige majestuosa en Uxmal, el asentamiento más representativo de la arquitectura Puuc, el cual los especialistas calculan que se levantó en el clásico tardío, a finales del siglo IX y X.

Ante el imponente escenario (donde en 1935 el presidente Lázaro Cárdenas instruyó la restauración del Cuadrángulo de las Monjas y en 1950 Miguel Alemán ordenó la del Palacio del Gobernador), el jefe del Ejecutivo enfatizó:

“El tren nos va a ayudar a reactivar la economía, a que haya empleo, a que haya bienestar, y de esto puede vivir mucho tiempo la gente, las nuevas generaciones (…) Esto es para 50 (años), medio siglo, un siglo, esto le va a dar vida al sureste. No sólo es reconocer lo que hicieron los mayas en la antigüedad, sino estar pensando también en el pueblo de nuestros días, por eso es muy importante lo que se está haciendo”.

Lo acompañaron el gobernador de Yucatán, Mauricio Vila; el director del INAH, Diego Prieto; el secretario de la Defensa, Luis Cresencio Sandoval, y el director de la zona de Uxmal, José Huchim Herrera, así como directivos de las empresas que colaboran en la construcción del Tren Maya y miembros de su gabinete.

La historia de estas culturas, dijo, no sólo se conoce por los glifos o códices, además de que hay muy poca evidencia documental. De ahí que se preguntó: ¿Cómo es que podemos imaginar y reconstruir el pasado? Pues a partir del conocimiento de lo que son las comunidades mayas de ahora, lo que ustedes saben que han heredado.

Antes, el antropólogo Huchim Herrera solicitó apoyos y presupuesto para garantizar la integridad y el futuro de Uxmal. Pidió en particular la expropiación de la tierra, que desde hace décadas ha pertenecido a la familia Barbachano, que también era dueña de los terrenos donde se alza otra joya del mundo antiguo maya, Chichén Itzá, y los vendió en 2010 al gobierno de Yucatán.

A esas palabras, López Obrador respondió: Ya hay cosas que son irreversibles, que ya no tienen marcha atrás. Ya esto que se echó a andar no se va a detener, no van a poder detenerlo, porque ya la gente ha tomado consciencia.

Refirió que siempre hace hincapié en que lo más importante es el cambio de mentalidad entre la ciudadanía. Y eso es lo que está sucediendo en nuestro país. ¡Imagínense que regresen los corruptos! ¿Ustedes creen que eso pueda pasar?, a lo que de inmediato los especialistas y otros invitados presentes respondieron a coro: ¡Nooooo!

¡Claro que no!, secundó el mandatario. ¿Quién va a querer eso? Nadie. Entonces, no nos preocupemos, Huchim, va a haber fondos hacia adelante para seguir trabajando.

(Con información de La Jornada)

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