Vocabulario choco para excusar a todos de todo

“La culpa es de la corrupción”, aportación tabasqueña de aplicación universal, en el contexto de las expresiones presidenciales

LÉXICO. Conocedor nato de las expresiones y términos tumbapatos, nuestro paisano, presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, patentó el uso práctico y permanente de la palabra corrupción como esencia de todas las excusas y de todos los excusados. Para los políticos, la ambigüedad y el doble discurso son una coraza infalible contra problemas y conflictos. En un tiempo consideré como la excusa más completa: “se procederá conforme a derecho”, pero fue rebasada de calle por: “la culpa es de la corrupción”, aportación tabasqueña de aplicación universal.

Lo anterior podría interpretarse como un chiste de mal gusto para enturbiarle el café negro a nuestro querido paisano, pero es todo lo contrario, podré estar en desacuerdo con muchas de sus decisiones, pero en materia de promoción lingüística y cultural estoy con él. Además, ante tal aportación al discurso político, vale la pena buruquear nuestro diccionario choco para acudir a su rescate, como sin duda lo hace a golpe de agua, el político más brillante en la Historia de Tabasco.

Una breve reflexión: Qué lástima que los toloques estén en peligro de extinción, me gustaba verlos correr velozmente sobre el agua en tiempo de creciente. Qué lástima que no le pueda mostrar a mi nieto uno de estos pequeños saurios como lo hice con las iguanas y garrobos, antes de la inundación, en un esbelto maculís cundido de estos verdes y oscuros ejemplares. Qué lástima que junto con nuestra flora y fauna se encuentren en peligro de extinción las expresiones y términos propios del vocabulario tabasqueño.

Dicen que, para entender a un tabasqueño, no hay como otro tabasqueño. Esta aseveración, dirían los políticos, “es inexacta”, pues depende de la edad de los interlocutores, del lugar de nacimiento o de residencia, pero, sobre todo, del contexto y el sentido de las expresiones y términos. Si de una generación a otra varía el significado, con dos generaciones de distancia es más complejo.

Ejemplo: Si un ranchero de Macuspana entrado en años le dice a su nieto: “Ya regreso, voy a echar una cantada”, el joven pensará que el abuelo va por la guitarra, pero no es así, de la generación del rock para atrás, “cantada” significaba ir al baño al 2, perdonando la referencia escatológica.

Para estos tiempos de lluvias e inundaciones, cuando la abuelita dice “me come el pie”, el nieto puede pensar que la anciana está divagando por su edad, pero no es así, se trata de que tiene comezón posiblemente motivado por hongos, que en Tabasco conocemos como “sabañón”, el famoso “pie de atleta”.

Solo en algunos lugares ensonotaos (aislados, recónditos) donde no llega la ayuda a los damnificados, se usa la expresión “¿Cuál es su gracia?” equivalente a ¿Cuál es su nombre? En estas tres inundaciones al hilo y con todo y que algunos se han aventado al agua desde la azotea para ir por provisiones, no he escuchado entre mis paisanos de El Castaño en Macuca la expresión “¡chumpulúm!”, onomatopeya de caer al agua. Tampoco he escuchado la queja de que ya no reparten latas “machichaco”, nomás de atún, y lo bien que les caería un penchuque de máij nuevo o con shish de chicharrón.

A pesar de todos los golpes económicos a las familias ocasionados por la pandemia y las inundaciones, no he escuchado ni leído, que se están quedando en la “quinta chilla”, o sea, sin dinero y algunos sin crédito comercial, todo lo tendrán que pagar “al chas chas”, de inmediato y en efectivo. Las nuevas generaciones argumentarán que este vocabulario está obsoleto y no tiene aplicación en un mundo digital y de comunicación en línea.

Desde luego hay expresiones universales que todos entienden, desde el nieto hasta el bisabuelo. “Échate una, coño”, se refiere aceptar la invitación de una cerveza o copa para agarrar ambiente, o también se usa para pedirle al que está jugueteando la guitarra que deje de afinarla eternamente e interprete la única canción que se sabe, petición que regularmente coincide con el fin de la fiesta.

No en todos los municipios de Tabasco las cosas se llaman igual. En Villahermosa, la libélula se conoce como chicharra y en Macuspana le decimos tulish y en todos los lugares habrá expresiones únicas extintas: “vete a morir a la bomba” y “apestas a Límbano”, se usaron en Macuca en los años 60s y cayeron en desuso. (Expresiones y términos tumbapatos, CEHOMac)

Sinceramente me conmueve y me mueve la actitud del presidente Obrador y de varios intelectuales y hombres de letras de Tabasco que en el pasado promovieron nuestro vocabulario, así como los que actualmente mantienen una actitud permanente de investigación y rescate de nuestra identidad como Jorge Priego Martínez, Erwin Macario Rodríguez y Fernando Félix Deluz (CEHOMac) entre otros.

Pordiositosanto.

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