Trabajo social, primera línea contra la violencia familiar

Especialistas únicos, capaces de detectar las necesidades sociales y realizar intervenciones individuales, grupales o comunitarias con un enfoque integral

Son conocedores de primera mano de la realidad social. Uno de los problemas principales en los que interviene el experto de Trabajo Social es en la atención individual y grupal a víctimas de violencia familiar, en redes sociales y en la trata de personas, situaciones que se han exacerbado durante la pandemia y que flagelan a la sociedad, en particular a mujeres, niñas, niños y adolescentes.

Sinónimo de cambio y transformación, promueven activamente el desarrollo y potencial de las personas. Su formación, a diferencia de otras disciplinas, está relacionada directamente con el bienestar social. La fortaleza de este gremio radica en el compromiso social y la capacidad de empatía hacia los otros, además de la formación académica que les ofrece la posibilidad de tener una visión integral y global de los problemas sociales.

Lo anterior de acuerdo con Carmen Casas Ratia y Aida Valero Chávez, directora y académica de la Escuela Nacional de Trabajo Social (ENTS), respectivamente, quienes además consideran que por su perfil multidisciplinario, interdisciplinario y transdisciplinario quienes ejercen la profesión son especialistas únicos, capaces de detectar las necesidades sociales y realizar intervenciones individuales, grupales o comunitarias con un enfoque integral.

Para la directora de la ENTS, la importancia de esta profesión radica en la diferencia de intervención social que realiza con relación a otras disciplinas. Es decir, trascender en los lugares en donde se encuentran las necesidades, reconocer los contextos e incidir en ellos; en las familias, comunidades, centros de atención e instituciones, así como en aquellos espacios en donde se encuentran las infancias, las juventudes, las personas mayores, las mujeres, la comunidad LGTTBIQ+, los migrantes, refugiados, repatriados e indígenas, entre otros grupos en condición de vulnerabilidad.

También al realizar investigación, diagnósticos, planes, programas y proyectos, hasta incidir en la política pública que se dirija a construir una realidad distinta que fortalezca el tejido social en situaciones dañadas por los índices de pobreza, necesidades y violencias.

Aida Valero, por su parte, resalta que la intervención del trabajador social, es polifacética y requiere de creatividad. “Estamos ahí como orientadores, promotores y sensibilizadores en torno a todos esos problemas que afectan a los que menos tienen”.

La especialista universitaria, con cerca de 50 años de experiencia profesional y para quien la academia ha sido un nicho de desarrollo, considera que los profesionales de este gremio trabajan con nuevos modelos de intervención, estrategias metodológicas por problemática y vulnerabilidad, todo ello de manera individual, familiar, grupal y comunitaria.

Grupos de atención

Casas Ratia destaca que en medio de la crisis sanitaria los jóvenes de 18 a 29 años de edad son el sector poblacional más afectado porque son el grupo etario con mayores contagios de Covid-19 y de desempleo, o aceptan malas condiciones laborales.

“Enfrentan un enjambre de daños que deben desmontarse y atenderse de inmediato, como violencia familiar, deserción escolar, implicaciones legales y psicológicas por el deceso de un familiar y, en muchos casos, la consecuente orfandad, además del abuso en el consumo de alcohol y drogas”, agrega.

Se trata de más de 35 millones de jóvenes en ese rango de edad y un grupo que debe seguirse cuidando de flagelos como las violencias y las adicciones, las cuales se exacerbaron con el confinamiento. “Lo que se haga o deje de hacer en beneficio de esa población en los próximos meses será determinante para el porvenir de estas generaciones”.

Al respecto, Valero Chávez expone que, además, es primordial el papel de orientación del trabajador social para la prevención de contagios por Covid-19 en ese grupo poblacional, “quienes son nuestro foco de atención. Tenemos por delante un trabajo comunitario intenso de orientación en torno a la severidad de esta enfermedad, pero también sobre los principales problemas que éstos enfrentan”.

Con motivo del Día Nacional de las y los Trabajadores Sociales, que por primera vez se conmemoró de manera oficial el 21 de agosto, tras un decreto publicado el 2 de junio en el Diario Oficial de la Federación, ambas académicas expresan que es un momento importante para dar a esta vocación el reconocimiento que merece, y le proporciona un estatus diferente.

Por la importancia de su labor nacional, en enero de 2019, en la Reunión Anual de la Red Nacional de Instituciones de Educación Superior en Trabajo Social, se acordó impulsar el 21 de agosto como el Día Nacional de las y los Trabajadores Sociales, y tras un camino legislativo que transitó del Senado de la República a la Cámara de Diputados, el 29 de abril de 2021 el Poder Legislativo oficializó este hecho histórico.

Profesión que marca la diferencia

Sin embargo, precisa Casas Ratia, depende de la labor de quienes se desempeñan en esta área “el valor y reconocimiento que se haga hacia el Trabajo Social como una profesión que marca una diferencia en los estudios diagnósticos, la investigación y en la intervención en las realidades y los problemas sociales”.

Subraya que de la ENTS egresaron profesionales que imparten cátedra en aulas universitarias de instituciones públicas y privadas, y son, además, legisladores o directivos en dependencias gubernamentales.

Esa conjunción entre academia y desempeño laboral, de la mano de colegios y asociaciones del gremio, “nos permite seguir consolidando una formación metodológica que asegure las intervenciones a partir de tres vertientes principales: el respeto a los derechos humanos, la inclusión y la perspectiva de género”.

Como gremio y desde la ENTS, “hace falta hacernos escuchar en las esferas de toma de decisiones, donde debe estar presente Trabajo Social para atender en la inmediatez y fincar un precedente que permita dar continuidad al apoyo de los grupos vulnerables con una visión integral”, asegura la experta universitaria.

Hay mucho por hacer y esta conmemoración marca una pauta para un reconocimiento adicional hacia el gremio por lo que se ha trabajado tradicionalmente, pero con una visión de futuro. “Estoy convencida de que es el momento del trabajo social, es tiempo de colocarnos en las mejores posiciones que permitan laborar en otros espacios y sectores, en beneficio de la sociedad; somos una profesión que tiene mucho que dar”.

Al mismo tiempo, Aida Valero llama al gremio a no hacer de lado el compromiso social que les caracteriza, “prepararnos, analizar qué nos deja la Covid-19 desde el punto de vista social y por tratarse de una nueva enfermedad cuyos efectos y secuelas aun están en estudio; pero también mantenernos actualizados e informados sobre los avances de la medicina preventiva y, sobre todo, no perder de vista ese sentimiento de empatía hacia los otros.

Por equidad y justicia social

Para poder conseguir la equidad y la justicia social que urgentemente demanda el país, confiamos y necesitamos de las y los trabajadores sociales, afirmó el rector Enrique Graue Wiechers.

“Atender la pobreza, la violencia, las causas de migración, las violaciones a los derechos humanos, las adicciones; propiciar el correcto acceso a la salud, atender los requerimientos de los grupos vulnerables, entre otras muchas acciones, es una de las labores más nobles a las que alguien se puede dedicar”, consideró en un mensaje grabado y dirigido a estos profesionales por el Día Nacional de las y los Trabajadores Sociales.

Se reconoce la labor de quienes atienden las necesidades nacionales, colectivas o individuales de los más desprotegidos, agregó el rector en ceremonia a distancia.

También felicitó a los más de 14 mil egresados y egresadas de la Escuela Nacional de Trabajo Social por el liderazgo con que realizan su labor en el sector salud, en intervenciones sociales y de desarrollo comunitario; en el sector empresarial, con sentido humano; en la procuración e impartición de justicia; en la evaluación de políticas sociales y el cuidado del medio ambiente.

“Es difícil imaginar que las más fuertes instituciones del Estado mexicano se pudieran desarrollar sin su dedicada labor y apasionada entrega”, expresó.

La directora de la ENTS, Carmen Casas Ratia, destacó que estos profesionales están llamados a tener un papel protagónico en la reconstrucción del tejido social, tan lastimado a causa de la emergencia sanitaria.

(Con información de Gaceta UNAM)

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