Se extinguen 25 mil especies de fauna marina anualmente

Hay estresores como eaumento de temperatura, contaminación de mantos acuíferos y la pesca industrial: Pablo Hernández, del ICML

El 40 % de la totalidad de la población mexicana vive a menos de 100 kilómetros de una costa, de ahí su importancia, por lo que es imperativo que las localidades del centro del país volteen hacia el mar para su conservación, expuso Pablo Hernández Alcántara del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (ICML).

“No sabemos cuántas especies de fauna marina hay en el mundo; se habla de entre 250,000 y 275,000, pero las proyecciones llegan a 1 millón o más; lo peor es que cada año se extinguen alrededor de 25 mil especies sin ni siquiera haberlas conocido”, subrayó.

Al intervenir en la Conferencia por el Día Internacional de los Océanos (que fue el 8 de junio), convocada por Universum, Museo de las Ciencias y N + Media, realizada en el Teatro Jorge Flores Valdés de dicho recinto universitario, Hernández Alcántara indicó que sólo se ha llegado a conocer hasta el 20 % de la probable totalidad de la fauna marina.

“Aun cuando se ha realizado un gran esfuerzo científico y se describen 16 mil especies anualmente, nos tardaríamos alrededor de 500 años en conocer esa presunta mayoría”, proyectó.

Mencionó que algunos de los motivos de la pérdida de vida marítima son: diversos estresores como el aumento de temperatura en 1.5 grados centígrados, la contaminación incesante de los mantos acuíferos y la pesca industrial.

“Nos ayuda mucho su colaboración, es decir ‘la ciencia ciudadana’. No hay que olvidar que la pesca es una extracción de biodiversidad, y en varios sitios del orbe, el 80 % de la fauna de acompañamiento se desecha, por ejemplo, para la pesca de camarón se tienden redes de arrastre que remolcan hasta su hábitat”, apuntó.

Todo va hacia el mar

De la contaminación de los mayores cuerpos de agua del planeta, María Guadalupe Ponce Vélez, investigadora del ICML, destacó que la presencia de polución en aguas abiertas es enorme. “Ahí se encuentran verdaderas islas de plástico, producto del crecimiento exponencial de la población, que de forma diferencial ejerce presión sobre los recursos naturales”.

También señaló que debemos abandonar la idea del antropocentrismo y dedicarnos a nuestra responsabilidad social, acordar estrategias de acuerdo con nuestro papel en la sociedad (funcionario, trabajador, ciudadano, estudiante…).

Al referirse a la contaminación por microplásticos, indicó que, si se pudiera reunir toda la micropedacería en nuestra dieta, proveniente de por lo menos 100 productos alimenticios procedentes del mar, nos comeríamos el equivalente anual a una tarjeta bancaria, la que a su vez adquiere contaminantes hasta su destino final.

“Aunque aquí vivamos a más de 2,200 metros sobre el nivel del mar, todo va hacia allá. Este planeta no es nuestro ni mucho menos; ante esta situación, a veces cuando vemos una especie en riesgo digo: tómenle fotos porque quien sabe si la veremos después”.

Norma Angélica Corado Nava, colaboradora de la Dirección General de Divulgación de la Ciencia y practicante del buceo científico, mencionó que quienes ejercen esta actividad pueden convertirse en agentes de cambio para sensibilizar a la población acerca de la enorme riqueza que existe bajo el agua.

Octavio Aburto, fotógrafo subacuático, explorador para National Geographic e investigador de la Universidad de California San Diego (UCSD), recordó que la meta para el año 2020 era proteger el 10 % de los océanos del planeta, la cual no fue lograda, por lo que ahora se impuso el objetivo de preservar el 30 % para el año 2030, por lo que enfatizó: “Sí podemos revertir la pérdida de biodiversidad, lo vi en Baja California. Hay que sumarnos para lograr la meta, queremos pensar en un futuro colectivo, no podemos fallar”.

En la presentación de los asistentes estuvo María Emilia Beyer Ruiz, directora de Universum, y en la moderación Iván Ruiz, periodista de ciencia.

(Con información de Gaceta UNAM)