Paga caro la naturaleza el avance de la humanidad

Crecimiento poblacional y económico, patrones de consumo, tecnologías inadecuadas, entre los factores del daño ambiental

Las sociedades humanas hemos impactado, como nunca antes, el funcionamiento del planeta. Se están alterando muchos procesos en el mundo, pues el progreso de la humanidad ocurre a costos muy elevados para la naturaleza, alertó Julia Carabias Lillo, profesora de la Facultad de Ciencias (FC).

Entre las causas del deterioro ambiental, la bióloga e integrante de El Colegio Nacional citó el crecimiento poblacional (que se ha multiplicado por 10 en los últimos tres siglos en una tendencia que continúa), los patrones de consumo de la cultura global, las inadecuadas tecnologías que no respetan los principios ecológicos de la naturaleza, y la economía creciente que prioriza la maximización de las ganancias y el aumento del producto interno bruto sin considerar el deterioro o agotamiento del capital natural.

Carabias expuso lo anterior durante el XI Seminario Rafael Martín del Campo y Sánchez, que ofreció en el Auditorio Alberto Barajas de la FC, dedicado a la Problemática y Retos a Futuro en el Manejo y Conservación de la Vida Silvestre en México.

Pérdida de biodiversidad

Entre los factores que ocasionan la pérdida de biodiversidad, la exsecretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales destacó los siguientes: el cambio en la cobertura y uso del suelo (que incluye la deforestación, la fragmentación y los incendios no naturales), la extracción y consumo de organismos o parte de ellos, la contaminación, así como el cambio climático antropogénico.

Acerca de los impactos en la naturaleza, Carabias señaló que entre 30 y 50 por ciento de la tierra del planeta está explotada por humanos.

“La selva tropical desaparece rápidamente, liberando dióxido de carbono (CO2) e incrementando la extinción de especies. En 2011 únicamente quedaban 3.5 millones de hectáreas de selvas húmedas, de los 18 millones que había originalmente, indicó.

Además, la población de ganado (que deforesta y produce metano, un gas de efecto invernadero) ha alcanzado los 1.4 mil millones de cabezas, de modo que hay una vaca o toro por cada cinco personas”, señaló.

Las pesquerías remueven 25 por ciento de la producción primaria de los océanos y 35 por ciento de las aguas continentales, “El desvío de ríos por la construcción de presas es común, lo que afecta a la biodiversidad acuática”, comentó.

También se reducen los animales, pues anualmente se pierden 16 millones de poblaciones, lo que disminuye las especies y las pone en riesgo. En las últimas cuatro décadas, la abundancia de individuos en las especies de vertebrados ha declinado 28 por ciento, colocando a muchas de ellas camino a la extinción.

“Quizá estamos ante la sexta ola global de extinciones masivas en la historia geológica del planeta. Paul Crutzen, Premio Nobel, ha propuesto el término Antropoceno como una nueva era geológica presente, dominada por la humanidad de muchas maneras”, apuntó.

Ante este panorama, recomendó usar instrumentos legales y técnicos que se han creado, como los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Organización de las Naciones Unidas, y el Mapa Mad Mex (Monitoring Activity Data), dotado de 10 mil 894 imágenes de satélite procesadas y acomodadas por capas de información sobre nuestro país. “Esta maravillosa herramienta existe, pero no se utiliza. Tenemos que exigir que se cumpla su uso, tiene un gran potencial”.

Entre los obstáculos actuales de la nación para avanzar en materia ambiental, Julia Carabias destacó recortes al presupuesto que colocan las políticas públicas ambientales 20 años atrás y programas de alto impacto ambiental como el Tren Maya, el programa Sembrando vida, las cuencas lecheras y la acuacultura con tilapia, una especie introducida.

(Con información de Gaceta UNAM)

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