La maldición de los mingi

Nacer con malformaciones, o los dientes de arriba salgan antes que los de abajo, ‘es una maldición’ que se paga con la muerte

Addis Abeba, Etiopía. Para la mayoría de las personas, la niñez es una etapa de la vida del ser humano asociada a la inocencia y a la protección por parte de la familia, pero determinadas circunstancias son la sentencia de muerte para algunos pequeños de las tribus kara en Bana, valle del Omo, en el sur de Etiopía.

Nacer fuera del matrimonio, no comunicarles a los líderes tribales la intención de procrear, nacer con alguna malformación, que los dientes de arriba salgan primero que los de abajo, caerse mientras se juega o un parto de gemelos son elementos considerados una maldición que se paga con la muerte.

Este ritual infanticida, que va desde lanzar a esos niños, nombrados mingi, a los cocodrilos del río, a las hienas en la sabana o abandonados a su suerte en la selva, ha tocado las fibras más sensibles de quienes lo han presenciado o leído sobre ello.

Según antropólogos, el comienzo de esa práctica se sitúa a finales del siglo pasado y otros la relacionan con las hambrunas y sequías que afectan a esa región por décadas.

Lale Lakubo, un testigo presencial de esa atrocidad, no se quedó de brazos cruzados y en 2008 abrió una escuela orfanato en la ciudad de Jinka llamada Omo Child, que acoge a niños y adolescentes de entre dos y 19 años rescatados a tiempo de una muerte segura.

Pudo convencer a los ancianos de las tribus de que les entregaran a los pequeños que iban a ser sacrificados, incluso fue más allá y recorrió la selva en busca de aquellos abandonados sin comida ni agua y a merced de los depredadores.

Aunque no los puede salvar a todos, sabe que su proyecto, el cual se mantiene gracias a las donaciones privadas de quienes piensan como Lale, es una esperanza. Asimismo, los padres de los mingi que se rehusaron a ver sus hijos morir contribuyen con la causa.

El cineasta y fotógrafo estadounidense John Rowe fundó junto a Labuko la Organización Infantil Omo, que ha salvado a más de 37 niños de entre uno y 11 años de edad.

La historia de la valiente acción de Labuko y el rescate de los niños mingui por un grupo de fotoperiodistas, retando a los ancianos de las tribus, fue tema del multipremiado documental Drawn from wáter, de 2011, que revela una visión compartida de un futuro libre de ese ritual mortal.

(Con información de Prensa Latina)

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