Vientos de violencia en Gambia

El presidente electo de Gambia, Adama Barrow, exhortó este sábado al jefe de Estado en ejercicio, Yahya Jammeh, a aceptar su derrota en las elecciones del 1 de diciembre, validada por las autoridades comiciales y pidió al pueblo que mantuviera la calma.

Jammeh declaró el sábado que ya no aceptaba los resultados de los comicios, en un giro sorprendente que ha socavado las esperanzas de una transición política pacífica en este país de África del Oeste.

Las fuerzas de seguridad se desplegaron de forma masiva en la capital, Banjul, este sábado, mientras que las autoridades africanas, de Estados Unidos y de Naciones Unidas urgieron a los gambianos que respetaran el resultado de las elecciones y sin violencia.

Jammeh, de 51 años, había denunciado los «errores inaceptables» de las autoridades electorales y pidió nuevas elecciones.

«Así como lealmente había aceptado los resultados, creyendo que la Comisión electoral era independiente, honesta y fiable, los rechazo ahora en su totalidad», dijo Jammeh en un discurso televisado.

«Déjenme repetirlo: dado lo sucedido no aceptaré los resultados», agregó el presidente saliente, que reclama la organización de nuevas elecciones.

Jammeh, que había dirigido la excolonia británica durante 22 años, urgió a los gambianos a abstenerse de salir a las calles para protestar por su decisión.

Los últimos resultados oficiales daban a Barrow el 43,29% de los votos en las elecciones presidenciales y a Jammeh, el 39,64%. La participación fue del 59%.

Estos datos son el fruto de una corrección de las autoridades electorales de este lunes, que daban a Barrow una victoria por un estrecho margen, sólo 19.000 votos.

Jammeh señaló ese error en el recuento y defendió que numerosos votantes no pudieron depositar su papeleta.

«Esta es la elección más dudosa que hayamos tenido en la historia del país», afirmó.

«Volveremos a las urnas porque quiero asegurarme de que todos los gambianos votan bajo una comisión electoral imparcial, independiente, neutral y libre de influencias extranjeras», declaró.

Barrow, candidato elegido por consenso de una coalición de varios grupos de la oposición, instó el sábado a Jammeh a aceptar su derrota y aseguró que él no tenía ninguna autoridad legal para revocar los resultados.

«Deseo informarles que el presidente saliente no tiene ninguna autoridad constitucional para rechazar los resultados de las elecciones ni ordenar la celebración de nuevas elecciones», dijo Barrow a la prensa tras una reunión de la oposición, en su casa.

«Lo exhorto a cambiar de posición y aceptar de buena fe el veredicto del pueblo», añadió Barrow.

Barrow también pidió a sus simpatizantes que actuasen con «disciplina y madurez».

El departamento de Estado de Estados Unidos dijo que el cambio de parecer de Jammeh constituía un «censurable e inaceptable abuso de confianza respecto al pueblo de Gambia y un intento atroz de minar un proceso electoral creíble y de permanecer en el poder ilegítimamente».

En un comunicado conjunto, la Comunidad Económica de Estados de África occidental (CEDEAO), la Unión Africana y Naciones Unidas urgieron a los gambianos, incluidas las fuerzas armadas, a «rechazar la violencia y respetar pacíficamente la voluntad del pueblo, expresada en las urnas».

El sábado, Jammeh «impidió el aterrizaje» del avión de la presidenta de Liberia y líder de la CEDEAO, Ellen Johnson Sirleaf, en el aeropuerto de Banjul, según informó el ministro senegalés de Relaciones Exteriores, Manekur Ndiaye.

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