Los iraquíes desafían toque de queda en Bagdad

Miles de estudiantes de todos los niveles invadieran las calles de la capital y otras ciudades del sur para solicitar la caída del régimen

Los iraquíes desafiaban la madrugada del martes el toque de queda nocturno decretado en Bagdad, después de que los estudiantes de todos los niveles invadieran las calles de la capital y muchas otras ciudades del sur para reclamar «la caída del régimen».

Si bien este anuncio hacía temer una dispersión el lunes por la noche en la plaza Tahrir de Bagdad, cientos de manifestantes ya estaban allí reunidos al término de una jornada en la que murieron cinco manifestantes, según una fuente oficial.

Desde que empezaron las protestas, el 1 de octubre, más de 200 personas perdieron la vida y más de 8 mil resultaron heridas, según un balance oficial.

El ejército, que amenazó con «severas sanciones» a funcionarios y estudiantes que no acudieran a clase o al trabajo, decretó el lunes un toque de queda desde medianoche hasta las 06H00 para las personas y los vehículos -en la segunda capital más poblada del mundo árabe.

Bocinas y música

Ya de noche, los atascos gigantescos desafiaban el toque de queda con un concierto de bocinas y altavoces difundiendo música, después de que la protesta ganara alcance cuando estudiantes de todos los niveles se unieron al movimiento.

Este reclama empleos para los jóvenes -60% de la población- y un mejor funcionamiento de los servicios públicos en un Estado devastado por la corrupción.

En varias provincias del sur, funcionarios, sindicatos, estudiantes de todas las edades desfilaron y protagonizaron sentadas.

Por su parte, los sindicatos de enseñanza anunciaron «cuatro días de huelga general» y el de abogados, una semana.

Los estudiantes se unieron al movimiento en la plaza Tharir, pese al despliegue de policías antidisturbios en los alrededores de las universidades, y al llamado del ministro de Enseñanza Superior, Qusai al Suheil, que instó a que «las universidades se mantengan al margen».

La plaza se encuentra desde el jueves llena de tiendas y puestos de distribución de alimentos y de protección contra las granadas lacrimógenas que lanzan las fuerzas de seguridad.

«Sin país, no hay escuela», declaró un estudiante a la AFP en la plaza. «Queremos que el gobierno dimita inmediatamente, dimiten o les echamos», afirmó.

En Diwaniya, a 200 km al sur de Bagdad, profesores y alumnos de todas las universidades, públicas y privadas, decretaron una «sentada de diez días para obtener la caída del régimen», según un corresponsal de la AFP.

Los sindicatos de otras profesiones, sobre todo abogados o ingenieros, se unieron al movimiento, mientras que los piquetes bloqueaban las entradas de las administraciones.

Jóvenes desempleados

En las ciudades meridionales de Nasiriya, Kut, Basora, Hilla y Samawa también se manifestaron estudiantes y funcionarios, así como en la provincia de Diyala, fronteriza con Irán, y la ciudad santa de Nayaf.

En Kut, la mayoría de las administraciones estaban cerradas por falta de empleados, según un corresponsal de la AFP.

Los manifestantes reclaman modificar un sistema académico que refuerza el clientelismo, según ellos, y que no favorece la creación de empleo.

Demandan una nueva Constitución y que los «peces gordos» de la corrupción devuelvan el dinero absorbido por esta lacra, que representaría el doble del PIB del país.

«Queremos la disolución del Parlamento, un gobierno de transición, una nueva Constitución y elecciones anticipadas supervisadas por la ONU», declaró un manifestante en Bagdad.

Sentada y voto en el Parlamento

El lunes, el Parlamento votó la supresión de las primas para el conjunto de los responsables del país, pero sigue dividido.

Cuatro diputados dimitieron y la cincuentena de diputados del líder chiita Moqtada Sadr iniciaron el sábado una sentada solidaria con los manifestantes, anunciando que se unían a la oposición.

La mayoría parlamentaria del primer ministro Adel Abdel Mahdi, un independiente, que contaba con el respaldo de Moqtada Sadr y la lista de las Unidades de Movilización Popular (paramilitares), saltó por los aires.

Desde el viernes, decenas de sedes de partidos y de facciones de las Unidades de Movilización Popular fueron incendiadas, en unos incidentes que dejaron varios manifestantes muertos.

La ONU acusó a «entidades armadas» de querer «sabotear las manifestaciones pacíficas».

Por la tarde, dos obuses impactaron contra una base militar al norte de Bagdad, donde están acuartelados soldados estadounidenses. Este ataque no fue reivindicado.

(Con información de AFP)

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