Requiere telemedicina de consideraciones éticas y jurídicas

Se necesitan reglas para no hacer malos diagnósticos; cada vez hay más avances tecnológicos que la vuelven una realidad

Las consultas médicas a distancia tuvieron auge durante la pandemia. La necesidad de evitar contagios y la de los médicos de atender a pacientes por otras dolencias, además de la Covid-19, hicieron que los diagnósticos por teleconferencia fueran casi la normalidad.

Para Esther Mahuina Campos Castolo, académica del Departamento de Informática Biomédica de la Facultad de Medicina, “la pandemia permitió que la telemedicina fuera más conocida y utilizada. Mucha gente, instituciones privadas y públicas se lanzaron a utilizarla como una alternativa para atender la carga de trabajo, la cual no toda se orientó a tratar de resolver la avalancha de casos; los pacientes que seguían necesitando resolver otros padecimientos.

“Y fue posible gracias a la democratización y simplificación de las tecnologías; cuando los smartphones las integraron se hizo mucho más sencillo”.

Las consultas a distancia no son nuevas, comenta la especialista, “viene desde los años 1600, 1700, con cartas en las cuales había profesionales médicos que compartían y comentaban sus casos. ¿Es ésta una forma de diagnóstico a distancia?

“Si se toma en cuenta su aspecto etimológico, va desde esa época; pero ya más parecido a lo que conocemos hoy, digamos que desde mediados del siglo pasado, y ya orientado a internet tendrá más o menos unos 20 años”.

Campos Castolo señala que para la telemedicina “justamente requerimos consideraciones éticas y jurídicas, como la privacidad y la seguridad en los datos. Aunque los sistemas nos dan agilidad y respuesta muy rápida y sencilla, es necesario garantizarlas.

“Por eso hay sistemas que cumplen con estos requisitos. Incluso hay estándares internacionales de cómo enviar la información, uno muy conocido es el HL7, que permite empaquetar la información para que se pueda enviar en diferentes dispositivos y garantice la interoperabilidad.

“Esto permite que sea mucho más sencillo utilizar las diferentes tecnologías y agreguemos el uso de estándares de imagen para que no pierdan detalle y se puedan hacer los diagnósticos. Lo anterior ayuda, además, a que se pueda enviar, por ejemplo, una radiografía o tomografía a través del medio digital”.

Recomendaciones oficiales

En 2020 los servicios médicos a distancia crecieron superando los cinco millones de consultas en dicho año. De ahí que el Centro Nacional de Excelencia Tecnológica en Salud presentó en 2021 un documento sobre las consideraciones para que unidades públicas y privadas en México los efectúen.

Entre las recomendaciones del documento, se encuentran que se realicen en pacientes que requieren una consulta subsecuente, dado que se cuenta con información de la o el paciente, el expediente clínico, lo que lleva a una situación más controlada y con mayores elementos de información.

En caso de ser paciente de primera vez, es necesario hacer filtros previos (asesoría médica, gestión de atención) antes de llegar a una consulta a distancia o en su caso una referencia a consulta presencial de una manera más controlada y eficiente.

También señala que la consulta a distancia se podrá otorgar encontrándose el o la paciente en su domicilio, siempre y cuando el profesional de la salud que realizará la atención a distancia considere que el caso no requiere de exploración física ni datos clínicos necesarios que la o el paciente no pudiera proporcionar, debido a la ausencia de dispositivos médicos en su domicilio.

Los establecimientos que otorguen la consulta a distancia, se considera en el documento, deben contar con la acreditación correspondiente para establecimientos de atención médica presencial y con el Aviso de Privacidad de Protección de Datos personales visible.

Asimismo, el recurso humano que otorga el servicio tiene que estar acreditado (contar con cédula profesional) y el equipo o dispositivos médicos deben tener aval de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios.

De acuerdo con Campos Castolo es necesario que la telemedicina se conozca, así como sus procedimientos. “Podemos tener una primera evaluación de tipo triage para saber si puedes o no ser atendido a distancia y definir si tienes alguno de los datos clínicos que son de alarma y que impiden o sugieren que la consulta no debe ser a distancia, sino forzosamente tener una atención presencial”.

Por último, recuerda que cada vez hay más avances que permiten la telemedicina, “existen modelos muy interesantes en Europa y Japón. Hay robots que son acompañantes de los pacientes geriátricos y ya incluyen sensores para evaluar su capacidad de respuesta, le toman la presión, la frecuencia cardíaca, miden coloración, incluso toman la glucemia, y dependiendo de esto, ya programan una cita presencial”.

(Con información de Gaceta UNAM)

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