Nuevas formas de detección temprana de males renales

Norma Bobadilla, científica del Instituto de Investigaciones Biomédicas, ensaya con dos biomarcadores propios, uno de ellos ya patentado

Con dos biomarcadores propios, uno ya patentado y con un dispositivo médico, la científica Norma Bobadilla Sandoval, del Instituto de Investigaciones Biomédicas (IIB), ensaya estrategias para la prevención y detección temprana de la lesión renal aguda y de la enfermedad renal crónica.

La lesión renal aguda afecta a unos 700 millones de personas en el mundo anualmente, así como a 20 por ciento de los pacientes hospitalizados. Mientras que la prevalencia de la enfermedad renal crónica es de 13 por ciento y esto implica un alto costo económico para los sistemas de salud. Los diferentes estadios de la enfermedad renal crónica se acompañan de la disminución de la calidad de vida y de la mortalidad prematura. Desafortunadamente, las primeras fases de la afección suelen ser asintomáticas.

Dichos desarrollos –que van desde investigación de ciencia básica hasta herramientas tecnológicas de diagnóstico– útiles para pacientes humanos, fueron creadas por Bobadilla y sus colaboradores en la Unidad Periférica de Fisiología Molecular que el IIB tiene dentro del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán (INCMNSZ).

La exitosa alianza entre ambas instituciones permite a los científicos realizar pruebas en modelos experimentales, evaluar mecanismos a nivel molecular y probar sus resultados en diversos grupos de pacientes humanos hospitalarios.

Alta incidencia

Hasta hace unos años se creía que la lesión renal aguda era reversible y que el riñón recuperaba su función sin ninguna otra consecuencia. Pero estudios experimentales recientes han mostrado que puede conducir a enfermedad renal crónica, el padecimiento mas importante del riñón, que afecta a uno de cada 10 adultos y cuya carga global está aumentando, según datos de la Federación Internacional de Fundaciones del Riñón (IFKF, por sus siglas en inglés), organismo que agrupa a 65 instituciones de más de 40 países.

“La lesión renal aguda puede ser causada por deshidratación severa, hemorragia, sepsis (enfermedad en la que el cuerpo tiene una respuesta grave e inflamatoria a bacterias u otros microorganismos) o por el uso de fármacos nefrotóxicos y oncológicos. No es tan inocua como se pensaba”, subrayó Bobadilla.

Esta enfermedad puede cursar en tres estadios, el último muy complicado y en el que muchos pacientes necesitan hemodiálisis para sobrevivir o mueren en su estancia hospitalaria. Ahora se conoce que quienes sobrevivieron a esta afección, están en riesgo de desarrollar enfermedad renal crónica y que su aparición depende del grado del impacto inicial.

En tanto, la enfermedad renal crónica es la pérdida progresiva de la unidad funcional del riñón, que son las nefronas. “El riñón está compuesto por un millón de nefronas. Después de los 40 años vamos perdiendo 10 por ciento de ellas cada década, de tal manera que una persona de 80 años tiene la mitad de su función renal. Si a eso le aunamos otra enfermedad preexistente, la progresión del problema renal puede ser mucho más rápida y llegar a ser terminal”, explicó Bobadilla.

Estadios

El padecimiento renal crónico tiene cinco estadios, desde los iniciales en que los pacientes comienzan a tener mínimas alteraciones hasta la fase cinco, cuando se necesita una terapia sustitutiva (diálisis, hemodiálisis o trasplante de riñón).

“En México hay 52 mil personas que están en terapia sustitutiva. Estas son las personas más graves, que se encuentran en enfermedad crónica terminal, pero es enorme la cantidad (se desconoce el número exacto) de los que están en estadios uno al cuatro”, reveló.

Aquí los problemas renales son muy relevantes por la alta incidencia de diabetes, que padece una de cada 10 personas en nuestro país. “Existen 6.3 millones de diabéticos conocidos, y se calcula que por cada diabético diagnosticado hay otro que no lo está. Y 40 por ciento de los pacientes en diálisis o hemodiálisis son diabéticos”, comentó Bobadilla Sandoval.

En tanto, 20 por ciento de los enfermos renales son hipertensos, pues la presión sistémica se refleja en el riñón y éste conduce a hipertensión a nivel local y daño de las nefronas. “En México nos falta trabajar en el diagnóstico oportuno. Si a las personas las atendemos en los primeros estadios podemos incidir con tratamientos efectivos. Las terapias sustitutivas son muy costosas”, dijo.

Detener la progresión de la afección renal es uno de los desafíos de México. “La implicación económica es enorme, estamos ante un problema grave, que se ha agudizado debido al envejecimiento, pues actualmente vivimos más. En 1990 la enfermedad renal crónica ocupaba el lugar 16, y para 2013, el segundo. Es alarmante”.

Biomarcadores tempranos

El diagnóstico de la lesión renal aguda se hace 48 horas después de que ocurrió la lesión. En busca de biomarcadores oportunos para identificar los padecimientos más tempranamente y dar tratamientos efectivos, Bobadilla realizó tres aportaciones diagnósticas.

“Nosotros mostramos que la proteína de choque térmico de 72 kilo daltones, o HSP72, identifica la lesión renal aguda hasta 48 horas antes de como lo hace el diagnóstico clínico eventual. Solicitamos patente, se otorgó y desarrollamos una tira reactiva que se sumerge en la orina, se introduce en un lector y en 15 minutos tenemos el resultado. Ya tenemos esa tira reactiva, y ahora nos encontramos evaluando su efectividad en diferentes escenarios de lesión renal aguda”, apuntó.

Aprovechando que están en Nutrición, los expertos están probando la proteína HSP72 y la tira reactiva en diferentes grupos de pacientes, incluso de otros institutos nacionales de salud. “Si atendemos de forma temprana podemos reducir la transición hacia enfermedad renal crónica”, dijo.

Bobadilla y su equipo hallaron, en la orina de ratas con enfermedad renal crónica otro biomarcador que se llama Serpina A3. “Esta proteína que no la hay en animales sanos, la encontramos en forma anormal desde que se inicia el padecimiento, antes de que otros marcadores clínicos se alteren, aumenta de manera progresiva conforme el mal avanza y su abundancia correlaciona con la fibrosis renal”.

“Demostramos que en pacientes con nefropatía lúpica, la cantidad de Serpina A3 en la orina puede diferenciar a los pacientes de mal pronóstico, de los de mejor prónostico. Al parecer la Serpina A3 puede detectar mucho antes la enfermedad renal y podría ser muy útil en personas en estadio uno, en el que la afección todavía no es diagnosticada. “Estamos buscando en un grupo de pacientes con diabetes sin daño renal si tienen Serpina A3 urinaria anormal, la cual podría ser una biopsia líquida en el futuro”, adelantó.

(Con información de Gaceta UNAM)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Social Media Auto Publish Powered By : XYZScripts.com