Genera UNAM conocimiento para una alimentación sana

El nuevo etiquetado, con mayor información de elemento crítico, señala cuál será el producto menos indicado para consumir

“Los cambios de alimentación y la distorsión en el consumo de ciertos productos han acentuado problemas sanitarios como sobrepeso, diabetes e hipertensión; y la pandemia ha evidenciado este efecto negativo en la salud en los mexicanos”, afirmó Carlos Labastida Villegas, coordinador del Programa Universitario de Alimentos (PUAL).

Muchos de los que se comercializan en México, dijo, contienen altos índices de azúcares, calorías, grasas saturadas, grasas trans y sodio; por ello, a partir de 2016 las autoridades del país declararon emergencias epidemiológicas al sobrepeso y obesidad, y otra para diabetes, pues la cantidad de personas que fallecieron por causas asociadas a este mal era un poco más de cien mil por año.

Vincular el quehacer universitario con las necesidades externas del sector público, privado o social, es uno de los objetivos del PUAL, creado el 17 de junio de 1981. Lo conforman investigadores y profesores de centros, institutos, escuelas y facultades, que trabajan en el ámbito de la alimentación.

Labastida Villegas explicó que ese programa revisa una gran cantidad de actividades relacionadas con la difusión del conocimiento que se genera en esta casa de estudios en torno a la alimentación, como cursos, conferencias, cine-debate y seminarios permanentes sobre obesidad, sobrepeso, diabetes, política alimentaria, cultura de la alimentación y nutrición. Para más información del programa, ingresar a: www.alimentos.unam.mx.

Cada seis años el Instituto Nacional de Salud Pública realiza encuestas de salud y nutrición en el territorio nacional, y según información de 2018 el 75.2 por ciento de adultos a partir de 20 años tiene una prevalencia de sobrepeso o diabetes; mientras que tres de cada 10 niños y adolescentes también los padecen.

“Es una situación muy delicada que tiene que revertirse y hay que tomar medidas en muchos ámbitos. En los últimos meses se han dado decisiones importantes y es indispensable continuar con ellas, pero se requiere de la participación de los sectores público, privado, social y hasta individual”, expresó.

Nuevo etiquetado

Durante el programa de la televisora universitaria La UNAM responde, el titular aseveró que como parte de los mecanismos para tener una mejor salud, el gobierno mexicano determinó un nuevo etiquetado en dichos productos, de tal manera que para la población sea más entendible en cuanto a las sustancias y sus cantidades.

“Ahora sabemos que mientras haya más octágonos con información de exceso de elemento crítico, será entonces el menos indicado para consumir, cosa que con el antiguo etiquetado no se podía. De una manera más rápida y fácil, sin hacer cálculos ni conteos, podemos tomar una determinación en el momento mismo de la compra”, alentó.

Mediante la guía de alimentación El plato del bien comer, que implementó la Secretaría de Educación Pública en el sistema básico de enseñanza, se ha buscado fortalecer los mecanismos de decisión de los niños y jóvenes en cuanto a alimentos sanos, que puedan discriminar los que no lo son y evitar enfermedades.

“El plato del bien comer tiene tres segmentos: cereales y tubérculos; verduras y frutas, así como leguminosas y alimentos de origen animal. La idea es combinar elementos de estos tres grandes grupos en la dieta diaria, misma que tiene que ser adecuada, variada, completa y equilibrada. En estos tiempos comer una sopa, pasta y guisado con agua simple está bien para encontrar la ruta correcta para cambiar nuestra realidad”, mencionó.

Añadió que a esto se adhieren las cuestiones de publicidad, cercanía con ciertos establecimientos y los precios, que a veces facilitan el consumo de una alimentación no sana. Por ello es necesario hacer un frente común, productores, consumidores, trabajadores, de tal forma que se busque el bien colectivo en México.

Sistemas de producción, afectados

De acuerdo con información de instituciones, como la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, ha habido una afectación en los sistemas de producción, pero no de tal gravedad que constituya una crisis.

“Nuestra Central de Abasto, la más grande en términos de movimientos y extensión, surte a 330 mercados públicos de Ciudad de México, además de tianguis, tienditas y camionetas que venden frutas y verduras. Sin embargo, actualmente con la pandemia si no cumplimos con las medidas sanitarias se pueden perder expendios por el incremento de contagios”, advirtió.

Para evitar una crisis alimentaria en el país, recomendó consumir en establecimientos locales para abastecerse de frutas y verduras u otros artículos, de tal manera que quienes expiden estos productos tengan elementos también para sobrellevar la pandemia. Actualmente, muchos de estos lugares cuentan con servicio a domicilio, por lo que es otra manera de solventarse de insumos.

(Con información de Gaceta UNAM)

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