Crean material de aplicación tópica para antioxidante

Funciona como un escudo protector y permite una liberación de ácido ferúlico más eficiente que en formulaciones convencionales.

Los Polímeros de Coordinación Porosos (PCPs) o Metal-Organic Frameworks (MOFs) tienen gran potencial en biomedicina. En 2020, por ejemplo, por primera vez se logró almacenar en un PCP de escandio 3+ (Sc(III)) una molécula con propiedades antioxidantes.

Estos materiales, apunta el doctor Argel Ibarra, pueden proteger eficientemente moléculas de aplicación médica en beneficio de pacientes.

Ibarra, Distinción Universidad Nacional para Jóvenes Académicos en Ciencias Exactas 2019, demostró que un polímero de coordinación poroso (formado por un ligando orgánico y un centro metálico) puede almacenar, de mejor manera, un antioxidante como el ácido ferúlico.

Además, este material poroso, creado por Ibarra, libera el antioxidante de manera prolongada, selectiva y a pequeñas dosis. No como en el caso de la quimioterapia, que es “una liberación de amplio espectro. Un bombazo de químicos que mata tanto células cancerígenas como sanas”.

Simulación en piel

Ibarra, investigador del Instituto de Investigaciones en Materiales de la UNAM, con la colaboración del doctor Enrique Lima, también del IIM, así como con el Instituto Nacional de Rehabilitación (INR), probó el PCP con este antioxidante en piel humana. “Logramos hacer una simulación de la liberación de la molécula”.

En una sección de piel donada por un paciente del INR, “colocamos nuestro material, imagínelo como una pomada, y medimos cuánto oxidante penetró dentro de la piel”.

Este tipo de pruebas se hacen mucho en piel de cerdo, pero Argel Ibarra y Enrique Lima tuvieron el privilegio, por primera vez en el mundo, de realizar una simulación utilizando un PCP en piel humana.

Centro de escandio

Este polímero de coordinación poroso no es tóxico, ya que está formado por un ligando orgánico y un centro metálico inocuo para las células: escandio.

Además, este metal, aunque es caro pero estable en diferentes condiciones, es atractivo para aplicaciones biomédicas, ya que sólo se requiere en pequeñas cantidades.

Es la primera vez, insiste Ibarra, que en el mundo se demuestra que un PCP de escandio tiene la propiedad de proteger a la molécula antioxidante y de dosificar su entrada a la piel.

Mayor relevancia tiene este hallazgo ya que al ser un material que libera el antioxidante a nivel tópico, su aplicación, por ejemplo, en el caso de quemaduras, evitaría que la piel “se siga oxidando”.

La mejor ventaja

-¿Cuáles son las ventajas de su sistema de liberación con respecto a otros?
La mejor ventaja es que protege al antioxidante. Una crema con antioxidante, en el momento que se abre y se unta, comienza a perder su capacidad, se oxida tan rápido por el medio ambiente, que casi no penetra en la piel.

En cambio, al secuestrar el antioxidante, el material poroso lo protege del medio ambiente y cuando penetra la piel, “pasa 80% más, que si lo pusiera únicamente con una formulación convencional”.

Es como un escudo que protege al ácido ferúlico para que realice sus función específica “dentro de la piel, no fuera”, dice Ibarra, a quien la Academia Mexicana de Ciencias le otorgó el Premio de Investigación 2020 para Científicos Jóvenes, en Ciencias Exactas.

Se probó con acido ferúlico, dice, porque es un antioxidante utilizado en muchas formulaciones tópicas convencionales y su eficiencia es muy pobre.

Este escudo o modelo de material poroso para la liberación constante y gradual de un antioxidante “abre la puerta” a más aplicaciones en diferentes ámbitos de la medicina.

Se podría, concluye Ibarra, también replicar como escudo de otras moléculas, para que no se oxiden con el oxígeno del medio ambiente. Si dejas abierta una botella de vino, a los tres días ya se avinagró.

(Coninformación de Gaceta UNAM)

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