Presiona EU para que la DEA vuelva a operar en México

Ambas naciones deben reconocer la realidad del tráfico y consumo de drogas y trabajar duro para enfrentar el problema juntos

Ciudad de México. El embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, aseguró este sábado que un tema central para la Casa Blanca en la relación bilateral es que elementos de la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) y de otras corporaciones de su país vuelvan a trabajar en suelo mexicano.

En su primera conferencia de prensa como embajador designado, realizada menos de 24 horas después de la reunión de alto nivel entre funcionarios de México y Estados Unidos para discutir el tema de seguridad binacional, fue interrogado en torno a las limitaciones impuestas por la administración mexicana para la presencia de esos agentes y aseveró que la solicitud de Washington se incluyó en los diálogos.

“Estamos trabajando en esto con el gobierno para tener la oportunidad de traer agentes, incluidos de la DEA, pero lo haremos de una manera en la que estamos asociados. Porque nos comprometimos a implementar juntos el Entendimiento Bicentenario”, dijo.

En diciembre del año pasado, el Congreso mexicano aprobó una reforma para limitar la operación y presencia de los agentes extranjeros en territorio nacional. Esto se leyó como una respuesta a la detención en octubre del titular de la Secretaría de la Defensa Nacional del sexenio pasado, Salvador Cienfuegos, tras una indagatoria de la DEA, de la cual no se informó a México, lo que tensó las relaciones diplomáticas y la colaboración en materia de seguridad.

Salazar –quien se declaró guadalupano– llegó a México como embajador designado por Biden apenas el pasado 11 de septiembre. Ayer se refirió a los alcances del acuerdo sobre seguridad signado el viernes por las delegaciones estadunidense y mexicana, que fueron encabezadas, respectivamente, por el secretario de Estado, Antony Blinken, y por el canciller Marcelo Ebrard.

Ambas naciones, enfatizó, deben reconocer la realidad del tráfico y consumo de drogas y “trabajar duro” para enfrentarlo de manera conjunta.

En el caso de su país, subrayó, las autoridades estadunidenses deben asumir la responsabilidad que les corresponde. Y es que, dijo, en Estados Unidos el consumo de esas sustancias “es una epidemia”, aunque México comienza a verse afectado por esta situación.

El nuevo pacto en materia de seguridad es resultado de un trabajo de nueve meses entre las administraciones de Andrés Manuel López Obrador y Joe Biden. En la declaratoria conjunta se asentó que por primera vez se da un acuerdo en el tema en condiciones de “aliados e iguales”, esto es, las prioridades de ambas naciones tienen el mismo grado de importancia.

Salazar consideró que los trabajos desarrollados el viernes –que incluyeron un desayuno de trabajo con el mandatario mexicano en Palacio Nacional y discusiones en la cancillería– podrían calificarse como “un día histórico. Fue una reunión que no se había visto en otros tiempos. Es la primera vez que viene (a México) una delegación de tanto nivel, con todo el respaldo de los presidentes”.

Apuntó que el gobierno de Estados Unidos tiene claro que un elemento central para reducir la violencia y el uso de drogas es generar trabajo y mejores condiciones de vida, sobre todo entre los sectores más vulnerables de la región.

“Hay que crear esperanza para la gente, para que no vaya por el mal camino. Al mismo tiempo, debemos combatir a los traficantes de drogas y de personas, a quienes une el dinero. Si vamos a romper estas cadenas de criminalidad, se tiene que hacer juntos, con México y Estados Unidos. Tengo mucho optimismo.”

Subrayó también que los gobiernos de la región deben trabajar para generar mejores condiciones de vida en los lugares de origen migratorio, y así evitar que las personas opten por tomar la peligrosa travesía hacia el norte.

Salazar citó a los medios de comunicación en la residencia asignada para el embajador e inclusive compartió un breve recorrido. Dijo que cuando llegó al inmueble encontró un enorme cuadro de la Virgen de Guadalupe. De inmediato, su esposa Esperanza determinó que esa pieza se quedaba en la casa.

Dedicó tiempo para mostrar fotografías de su familia, hablar de sus orígenes, en Colorado, mostrar imágenes de su pueblo natal y de su vida como campesino. Un campesino que como abogado de la firma Wilmer Cutler Pickering Hale and Dorr, ganó en 2020 cerca de 4 millones de dólares, de acuerdo con estados financieros públicos.

(Con información de La Jornada)

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