Urge eliminar toda forma de discriminación e intolerancia
ONU establece la importancia de propiciar sociedades pacíficas, justas e inclusivas que estén libres del temor y la violencia
Naciones Unidas. La conmemoración del Día Internacional de la Convivencia en Paz reconoce hoy la necesidad de eliminar todas las formas de discriminación e intolerancia al tiempo que enfatiza en la importante función de la sociedad civil.
La fecha, aprobada por la Asamblea General de la ONU desde 2017, insiste además en el fomento del diálogo entre religiones y culturas, y alienta a apoyar medidas prácticas que movilicen a la sociedad civil, como la creación de capacidad, oportunidades y marcos de cooperación.
La resolución 70/1 del 25 de septiembre de 2015 establece la importancia de propiciar sociedades pacíficas, justas e inclusivas que estén libres del temor y la violencia.
De acuerdo con el foro asambleario, no puede haber desarrollo sostenible sin paz, ni paz sin desarrollo sostenible.
Con ese propósito, esta jornada exhorta a promover la reconciliación, para contribuir a hacer realidad la paz duradera y el desarrollo sostenible desde el trabajo con las comunidades, los dirigentes religiosos y otros agentes competentes.
La agenda de promoción de la paz de la ONU se remonta a su fundación tras la devastación provocada por la Segunda Guerra Mundial.
Entonces el organismo surgió con fines y principios que buscaban especialmente librar a las generaciones venideras del flagelo de la guerra a través de esfuerzos como la cooperación internacional para resolver problemas de carácter económico, social, cultural o humanitario.
El 20 de noviembre de 1997, la Asamblea General proclamó al 2000 como el Año Internacional de la Cultura de la Paz, mientras que en noviembre de 1998 proclamó el período comprendido entre los años 2001 y 2010 como el Decenio Internacional de una Cultura de Paz y No Violencia para los Niños del Mundo.
El 6 de octubre de 1999, el foro de 193 países adaptó la Declaración y Programa de Acción sobre una Cultura de Paz, que constituye un mandato para la comunidad internacional en la promoción de una cultura de paz y no violencia que beneficie a la humanidad, sobre todo a las generaciones futuras.
(Con información de Prensa Latina)