Choques en frontera greco turca por migrantes

Algunos manifestantes esgrimían frente a las cercas con alambre de púas pancartas donde proclaman «Queremos vivir en paz

Nuevos enfrentamientos opusieron brevemente en la frontera greco-turca a policías griegos que disparan granadas lacrimógenas y migrantes que lanzan piedras, mientras la Unión Europea advirtió a los refugiados que sus puertas están cerradas.

Tras los enfrentamientos, centenares de migrantes se congregaron ante el puesto fronterizo de Pazarkule (llamado Kastanies, de lado griego), gritando «libertad», «paz» y «¡abran las puertas!», según un fotógrafo de la AFP.

Algunos esgrimían frente a las cercas con alambre de púas pancartas donde proclaman «Queremos vivir en paz».

«Queremos simplemente una mejor vida, una situación mejor, vivir en libertad», indica a la AFP Amir Masud, iraní, cubierto el rostro por una mascarilla sanitaria para protegerse del gas lacrimógeno.

Tras el anuncio, el 28 de febrero, del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, de la apertura de sus fronteras hacia la UE, varios miles de migrantes se dirigieron hacia Grecia, lo que hizo recordar la crisis migratoria de 2015.

Erdogan se entrevistó por teléfono el viernes con la canciller alemana, Angela Merkel. Esta encabezó las negociaciones que llevaron en marzo de 2016 a un polémico acuerdo por el que Turquía se comprometía a impedir los cruces ilegales a Grecia a cambio de ayuda financiera.

En el encuentro, Erdogan «indicó que los mecanismos existentes entre la UE y Turquía sobre las migraciones no funcionan y deben ser reexaminados», según la presidencia turca.

La Unión Europea arremetió contra el «chantaje» con los migrantes de Turquía, que pide apoyo occidental en Siria, donde realiza una operación militar y trata de impedir el flujo de desplazados hacia su frontera.

La UE envió el viernes un mensaje a los migrantes para disuadirlos de dirigirse hacia la frontera greco-turca.

«Quiero enviar un mensaje claro: no vayan a la frontera. La frontera no está abierta», declaró el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, tras una reunión de los ministros de Relaciones Exteriores de los países miembros en Zagreb.

Molestia en Lesbos

Las autoridades griegas acusaron el viernes a las fuerzas turcas de lanzar granadas lacrimógenas y fumígenas de lado griego de la frontera.

Según las autoridades griegas, las autoridades turcas distribuyen además material para cortar las alambradas que buscan impedir el paso de los migrantes al lado griego.

Como la frontera terrestre está totalmente cerrada, varios centenares de migrantes han logrado llegar por mar a las islas del Egeo desde la semana pasada.

En un contexto ya particularmente tenso en las últimas semanas, donde los habitantes de las islas se oponen a la construcción de nuevos campamentos de acogida, las nuevas llegadas desataron una oleada de furia contra los trabajadores humanitarios y los periodistas en particular.

En Lesbos, dos habitantes fueron condenados el viernes a tres meses de cárcel condicional por actos de violencia cometidos el fin de semana pasado.

En la medida que miles de migrantes se encuentran actualmente bloqueados en la frontera greco-turca, se han ido instalando campamentos improvisados de lado turco.

Muchos migrantes duermen al aire libre pese al frío. Los más afortunados, a veces familias con niños, fabrican carpas improvisadas.

Engañados por Turquía

Algunos expresaban el viernes su creciente frustración contra Turquía, al considerar que fueron engañados por autoridades turcas que les hicieron creer que podrían cruzar fácilmente la frontera.

«Nos dicen: ‘O cruzan ilegalmente, o se van de aquí’. Pero no vinimos para cruzar la frontera ilegalmente», dijo a la AFP Sina, una iraní. «Estamos aquí porque Turquía nos autorizó».

Autobuses estacionados no lejos del puesto fronterizo de Pazarkule proponían el viernes llevar migrantes hacia el río Meriç (Evros, en griego), que separa Turquía de Grecia.

Un sistema de explotación de migrantes se ha instalado y los vendedores ambulantes turcos venden a precios diez veces más altos botellas de agua, alimentos o material para fabricar albergues precarios, que adquieren migrantes afganos, paquistaníes o de otras nacionalidades.

Los nuevos enfrentamientos ocurren luego de la firma, en Moscú, de un acuerdo de cese el fuego en la región de Idlib (noroeste de Siria) entre Erdogan y el presidente ruso Vladimir Putin.

(Con información de AFP)

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