Tren Maya ayudará a resolver tema comercial en Chichén Itzá
El fin es lograr que las comunidades y dedicadas a las artesanías mantengan su derecho al trabajo y la protección del patrimonio cultural
Mérida, Yucatán. Luego de que desde el lunes manifestantes bloquearan el ingreso a la zona arqueológica de Chichén Itzá, este miércoles 4 de enero el director de la zona y experto del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Marco Antonio Santos Ramírez, explicó que con la llegada del Tren Maya instalarán un parador turístico que también contendrá el espacio para que los artesanos puedan realizar su trabajo de manera digna.
Desde su perspectiva, el fin es lograr que las comunidades y quienes se dedican a las artesanías tengan su derecho al trabajo, pero también manteniendo la protección del patrimonio cultural; “esta solución es precisamente el Tren Maya, el Tren Maya va a posibilitar que la gente que tenga ahí un puesto pueda hacerlo de una forma digna y en un lugar adecuado”.
Lo primero que hicieron para lograrlo, detalló, fue realizar un censo, en el que identificaron que son 674 puestos de venta en Chichén Itzá para evitar el incremento de los mismos y señaló que incluso turistas se quejan porque al visitar la zona no ven los monumentos debido a los puestos de venta.
Su cargo principal como director, dijo, es proteger la zona arqueológica, así como los vestigios que son patrimonio de la humanidad y que eso implica regular el trabajo que realizan los artesanos en la zona, muchas veces ocasionando su inconformidad.
“No es un tema de ahora, la problemática no es actual”, dijo; enfatizó que la Ley Federal de Monumentos prohíbe el comercio ambulante dentro de la zona por protección de la zona, sin embargo, “no estamos en contra de que la gente trabaje, el único tema aquí es dónde lo está haciendo”.
A pesar de ello, apuntó, siempre se ha entablado diálogo con quienes trabajan dentro de la zona, logrando poner orden, reconociendo que, aunque trabajen allí de manera ilegal, no es posible pedirles que se vayan a menos de que se les ofrezca otra opción para ejecutar su labor.
“El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) siempre ha sido respetuoso de todos los grupos, desde que llegué a Chichén en 2014 fue con una encomienda muy clara organizar, ordenar y aplicar la normatividad en torno al patrimonio arqueológico”.
Ahora, con el bloqueo, se están perdiendo las 6 mil visitas que normalmente llegan al sitio, pues estimó que el lunes apenas entraron 100, el martes 20 y hoy cuatro, representando por consecuencia también la pérdida económica; aprovechó también para informar que el 2022 cerró con 2.6 millones de visitas, superando las visitas previas a la pandemia.
Reiteró que la gran coyuntura actual será el Tren Maya, que posibilitará un espacio digno en el Centro de Atención a Visitantes (Catvi) para que la gente oferte sus productos en mejores condiciones, sin tener que mojarse cuando llueve o estar bajo el sol.
Llegado el momento, dijo, los artesanos podrán decidir si quieren continuar allí con su trabajo, ubicándose en la vieja pista aérea con el parador en donde pasará el tren, pero será este 2023 cuando la infraestructura esté terminada.
“Es importante señalar que nos hemos enfrentado y nos enfrentamos, por ejemplo, a la venta de drogas dentro de la zona arqueológica […] hasta ahorita llevamos dos artesanos que consumían droga adentro de la zona y ya no se les permitió el acceso, no nada más por nosotros, sino por los propios líderes de artesanos”.
Otra de las circunstancias, señaló, es que a algunas personas están inconformes cuando se les solicita cambiar de lugar las lonas que usan para proteger del sol sus productos para no tapar la vista de turistas, “aquí es cómo lograr que la gente vea el monumento y la gente que está ahí vendiendo lleve el pan a su casa”.
Acusaciones por discriminar a comunidades mayas
El INAH es protector de las comunidades mayas, aseguró, “esto de que me acusan de discriminar a la gente es una calumnia, no es así”; expuso que en ocasiones cuando les pide moverse de lugar u otras situaciones de ese tipo, ocasionan el enojo de las personas y por eso surgen esos comentarios.
“La mayor parte de mi gente, que tengo trabajando, son mayahablantes y, en ese sentido, de eso que me acusan de discriminar a las comunidades o a la gente pues no es cierto”. Queriendo comprobar esto dijo unas palabras en náhuatl y maya.
Además, indicó que hasta antes de la pandemia, el sitio arqueológico recibía demasiada presión, pues abría desde las 6 horas de la mañana para que se observara el amanecer, y desde las 8 y hasta las 17 horas abrían para visitas habituales, y de las 17 a las 19 se tenía un horario especial para ver el atardecer y de 19 a 23 horas había luz y sonido; “todo ese horario requiere seguridad, personal, una serie de elementos y problemáticas distintas”.
Con la llegada de la pandemia, finalmente la zona pudo descansar, dijo; logrando incluso que venados, jaguares y otras especies regresaran al lugar, con lo que destacó la importancia del ordenamiento en el sitio, a pesar de las inconformidades.
Uno de los descontentos actuales, señaló, es que unas personas querían permiso para abrir un nuevo estacionamiento por el cual cobraría, “en un área que tiene monumento, eso no lo voy a permitir […] no puedo permitir que unos cuantos se enriquezcan, cobren, a costa del patrimonio cultural”.
Además, comentó que “eso nadie lo dice”, pero los puestos de venta muchas veces son lugares que quienes los poseen rentan para uso de otras personas.
“No estamos en contra de la comunidad o de este ejido […] eso de que a ellos no les toca nada, sí, sí les toca porque de acuerdo a la Ley de Ingresos de la Federación, un porcentaje de lo que ingresa por boletos del instituto se regresa al municipio”.
En particular, celebró que la actual alcaldesa, Alicia Góngora Mejía, ha invertido en el municipio con la capilla –donde construyeron un museo–, el parque y el centro cultural; mientras que, en administraciones anteriores, habría que cuestionar qué pasó con el dinero, opinó.
Acerca de acusaciones porque ha dejado subir a Chichén Itzá a algunas personas, enfatizó que el acceso a la zona no está prohibido, sino restringido y “cada fotografía tiene una explicación”.
(Con información de La Jornada Maya)