Se duplica consumo de cocaína en Yucatán
Mérida, Yucatán. Las personas adictas a drogas como la cocaína, el cristal, la mariguana y los medicamentos controlados van en aumento en Yucatán durante este 2018.
De acuerdo con Antonio Morales Gómez, presidente de la asociación civil Drogadictos Anónimos, en el grupo Fraternidad (ubicado en la calle 189, número 509, en el fraccionamiento Santa Cruz, al sur de Mérida), el número de consumidores en busca de tratar su adicción ha crecido.
Si por estas fechas recibían un promedio de 12 personas al mes en 2018, este año son 18, reveló. Entre ellos, el cristal es la droga que más ha incrementado su uso. Los casos se empezaron a detectar hace unos nueve meses a través de las entrevistas, explicó.
“Ya hay más personas consumidoras de cristal y cocaína, antes lo más que se consumía era la mariguana, no drogas de alto impacto y con daño mayor”, declaró.
En Drogadictos Anónimos se atiende actualmente a 70 personas, pero tenemos capacidad para 120, dijo. Hace un año asistíamos a 52, lo que representa un aumento significativo, señaló.
Expresó que “una droga te lleva a la otra, en su mayoría las personas las han consumido combinadas. Desde que se consume más de dos veces se vuelve una adicción”.
La Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco (Encodat) 2016-2017, de la Secretaría de Salud federal, reporta que la incidencia acumulada del consumo de estimulantes tipo anfetamínico –donde pertenece el cristal– pasó del 0.3 por ciento en 2008, al 0.4 por ciento en 2016.
La cocaína creció en su consumo del 0.7 por ciento al 3.5, mientras que la mariguana pasó del 3.8 al 10 por ciento en ese mismo período.
Mariguana y cocaína
De acuerdo con la Encuesta Estatal de Adicciones 2014-2015, en la entidad hay 15 mil 303 personas adictas a las drogas ilegales, mientras que la cocaína es la segunda droga ilegal más usada por los yucatecos.
El consumo de la cocaína en Mérida se duplicó, para región colindante con Quintana Roo se triplicó y en el interior del estado aumentó seis veces su consumo. La comercialización y el consumo de la droga se encuentra a lo largo y ancho de Yucatán, lo que se refleja en el incremento tan significativo, agrega el estudio.
Morales Gómez expresó que cada vez son más jóvenes involucrados en el consumo de drogas. Los menores de edad que arriban a Drogadictos Anónimos son recanalizados a Puebla, porque es ahí donde son atendidos, explicó. Aunque no hay casos de niños que hayan recibido aún, mencionó que en León, Guanajuato, hay un centro de atención donde acuden menores con ocho o nueve años.
“Es una realidad que cada vez más personas consumen drogas”, afirmó. “Provienen de todos lados de la ciudad, del sur, de la zona norte, de los alrededores de Mérida, incluso gente de Quintana Roo, Tabasco y Campeche”, indicó.
Medicamentos controlados
Además de las drogas ilegales, se atiende a pacientes que llegan por el uso de medicamentos controlados, reveló. No son utilizados para lo que son recetados, que es la disminución de un mal físico, sino que toman otro rumbo y la misma persona que los consume reconoce su efecto en su cuerpo y se convierte en una adicción, explicó.
Los médicos los dan para tranquilizarlos y les dan media pastilla, pero en lugar de eso consumen una y aumentan la dosis, agregó.
“Desde mi punto de vista, la legalización de la mariguana no es una alternativa, porque es la puerta de inicio para otras drogas”, expresó sobre la propuesta del gobierno electo de legalizar el consumo de la mariguana.
A través de la prevención se puede proteger un hogar, se debe dar información sobre las consecuencias del uso y el abuso de las drogas, expresó.
A veces la familia cree que los golpes son la solución para que los hijos entiendan, pero el castigo no es una buena estrategia, reconoció.
“En Drogadictos Anónimos brindamos un tratamiento residencial, un conjunto de terapias, grupal, individual, deportiva, audiovisual y la ocupacional donde reciben cursos de panadería para que aprendan un oficio y se reintegre a la sociedad como persona útil”, explicó.
Quien llega debe tener el mínimo deseo de querer cambiar. No los recibimos drogados, alcoholizados o en contra de su voluntad, indicó sobre el ingreso.
(Con información de La Jornada Maya)