Se arrancará la corrupción de raíz, afirma López Obrador
Mérida. Desde 2006, Andrés Manuel López Obrador quiere ser presidente de México. Su trayectoria de más de 12 años en campaña constante le permite analizar al público, comprenderlo y decirle lo que quiere escuchar.
Mientras José Antonio Meade Kuribreña, el precandidato único del PRI, aún no despega y se comenta más la fotografía de su esposa en el supermercado que de sus propuestas, López Obrador declara que arrancará de raíz la corrupción en la política mexicana, se acerca a grupos claves de la sociedad como los maestros, los jóvenes y los adultos mayores, y su discurso oscila entre la izquierda socialista y el catolicismo.
Él marca la agenda que Ricardo Anaya y Meade Kuribreña deberán seguir. Es políticamente incluyente, pero incorrecto contra el establishment mexicano de, lo que él nombra, el “Prian”.
Propone acabar con la corrupción porque a través de ella el presupuesto de los proyectos se pierde; de ocurrir, no necesitarán subirse los impuestos ni más gasolinazos. La corrupción, dice, no ocurre de abajo hacia arriba, desde Kanasín o Motul hacia el gobierno federal; es al revés: desde lo más alto, del Presidente, hacia los municipios.
Eliminará la reforma educativa y creará una nueva con la participación de los maestros. Ofrecerá becas de dos mil 400 pesos para que los jóvenes estudien y creará empleos. Cita al Papa Francisco y critica al sistema político neoliberal y a los formados en universidades de Estados Unidos, como Anaya y Meade, pero se desliga de Venezuela y su gobierno.
López Obrador tiene carisma. Es un meme de sí mismo, lo sabe y lo aprovecha para reírse de él y de sus contrincantes políticos. Afirma que venderá el avión presidencial de Enrique Peña Nieto, uno que “no lo tienen ni Donald Trump” y que incluso ya se lo ofreció al presidente de Estados Unidos.
De ser presidente, los aviones y helicópteros del gabinete serán vendidos y sus giras las realizará en las carreteras, para conocer el estado en el que se encuentran. Él manifiesta que ya conoce cada uno de los más de dos mil 500 municipios de México.
En Izamal habla sobre la historia del Pueblo Mágico, repleta de encuentros entre españoles y mayas. En Motul, recuerda al primer gobernador socialista Felipe Carrillo Puerto, lo compara con Emiliano Zapata, Francisco Villa y Francisco I. Madero y pide que no nos olvidemos de él. En Kanasín conecta con los migrantes, sus paisanos, de Tabasco y menciona que el sureste mexicano –desde Oaxaca hasta la península de Yucatán- está abandonado por los proyectos federales, que se enfocan en el Estado de México de Peña Nieto, y la región será prioridad.
Al tocar otro de sus memes, el reparto de “frijol con gorgojo” en los programas de Desarrollo Social, López Obrador también menciona las despensas que se dan en tiempos electorales, que incluyen tinacos y pollitos. La gente, al escucharlo, se ríe. En Yucatán, Rolando Zapata Bello recurre al reparto de tinacos y pollitos en programas de Desarrollo Social, liderados por el secretario Mauricio Sahuí Rivero, precandidato único del PRI a la gubernatura.
Critica a los “gemelos” que hasta igual se llaman Dice que Los Mauricios son lo mismo, hasta en el nombre y que la única opción de cambio es Rogerio Castro Vázquez, precandidato de Morena a la gubernatura de Yucatán y el único diputado federal que votó contra el gasolinazo de hace un año.
(Con información de La Jornada Maya)