Queja contra la UADY y la Ssa ante Derechos Humanos
“No creo que esto sea motivo para que te suicides”, le dijeron a Karla autoridades de la UADY cuando solicitó ayuda institucional
Mérida, Yucatán. María Guadalupe Kú Cobá, madre de Karla, pasante de medicina quien supuestamente se suicidó el año pasado, junto con Acciones por la Dignidad, interpusieron una queja ante la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Yucatán (Codhey), con el fin de que investiguen las violaciones a los derechos humanos cometidos en contra de Karla por parte de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY) y la Secretaría de Salud y Servicios de Salud de Yucatán.
“Exigimos que las autoridades responsables investiguen de manera seria, diligente y con perspectiva de género la muerte de Karla, hasta agotar todas las líneas de investigación e identificar a las personas responsables. Su madre y toda la sociedad merecemos verdad, justicia y garantías de no repetición”, manifestaron en un comunicado
“No creo que esto sea motivo para que te suicides”, le dijeron a Karla autoridades de la UADY cuando solicitó ayuda, expuso Acciones por la Dignidad. Su cuerpo fue encontrado sin vida el 15 de septiembre de 2020 en el centro de salud donde hacía su servicio social, en la comunidad de Tahdziú.
El pasado 1 de febrero, estudiantes y pasantes de la Facultad de Medicina de la UADY, de Universidad Anáhuac Mayab y la Universidad Marista se manifestaron para exigir justicia por Mariana, Karla y todos los profesionistas que han perdido la vida, han sido asesinadas y sufren de violencia.
Para la organización, tanto las autoridades de la Secretaría de Salud estatal como de la UADY dejaron claro que la salud mental, la integridad y seguridad personales de las y los estudiantes no son un tema de relevancia institucional.
De acuerdo con los hechos narrados por la madre de Karla, su hija había solicitado ayuda al personal del departamento de psicopedagogía de la Facultad de Medicina de la UADY para atender su salud mental. Señalan que la respuesta de dicho personal mostró una ausencia total de empatía y desconocimiento claro sobre la atención que debe otorgarse a los padecimientos mentales: “si no puedes con la carrera, cámbiate” o “no creo que esto sea motivo para que te suicides”, le dijeron a Karla cuando pidió ayuda.
Luego de esto, detallaron, Karla fue comisionada al municipio de Tahdziú en Yucatán para realizar su servicio social. La comunidad se encuentra a más de 140 kilómetros de su red de apoyo: su familia y amistades.
“No le dieron ningún tipo de protección para mitigar los riesgos derivados de la pandemia por covid-19, la obligaron a atender pacientes aun fuera de su horario bajo amenazas de no liberar su servicio e incluso, la condicionaron a dormir en el centro de salud de dicha localidad, sin las más mínimas medidas de seguridad”, precisó la asociación.
“Personal sanitario del centro de salud sabía del deterioro de la salud mental de Karla, quien tuvo al menos dos crisis nerviosas en dicho lugar, pues le consiguieron medicamento para tratar sus síntomas”.
Sin embargo, agregaron, las mismas autoridades de salud se negaron a cambiar las condiciones de su servicio social afirmando que la salud mental no era motivo de incapacidad médica y que tenía que seguir con sus labores. Por si fuera poco, Karla fue privada de sus días de descanso en fines de semana y con ello, de la posibilidad real de ver a su familia y amistades.
La organización indicó que el día que Karla supuestamente se quitó la vida, se dijeron múltiples versiones que generan dudas acerca de la veracidad de las mismas y se omitió investigar su muerte conforme a estándares nacionales e internacionales relativos a las muertes violentas de mujeres.
Por lo tanto: “¡No queremos más mujeres atravesadas por las violencias de las que son partícipes y cómplices las instituciones de gobierno. Ni una más!”, concluyeron.
(Con información de La Jornada)