Presentan el libro Chan Ajaw, El Principito en lengua maya

El mayor reto fue no alejar el lenguaje literario del ambiente infantil, con la traducción como forma de democratización del conocimiento

Mérida, Yucatán. El 16 de octubre, en el último día de la Feria Internacional del Libro de Antropología e Historia, presentaron el libro ‘Chan Ajaw’, El Principito en lengua maya de Yucatán, una traducción que pretende encaminarse hacia la democratización del conocimiento.

Fidencio Briceño Chel, lingüista y antropólogo maya, así como traductor e intérprete en lengua maya, luego de dirigir unas palabras en la lengua originaria, expresó que realizar este tipo de traducciones es parte de las políticas del lenguaje que son necesarias en México.

Llevar a cabo esta traducción, comentó, no fue una labor tan compleja debido a que han dedicado sus esfuerzos a trabajos para infancias, por lo cual la visión es precisamente pensando en ellas con las obras.

El mayor reto, continuó, fue no alejar el lenguaje literario del ambiente infantil, pero les resultaba importante esta traducción como una forma de democratización del conocimiento, haciendo llegar la literatura en su lengua haciendo valer los derechos de pueblos indígenas. “Mientras más obras haya escritas en las lenguas originarias más valor se les da”.

“El pensamiento siempre es reiterativo (como lo es El Principito), ahí está el Popol Vuh, Chilam Balam, eso viene desde la prehistoria, la época colonial, hay una larga trayectoria en la literatura en Mayataan y eso nos obliga a hacer trabajos con ese mismo sentido y ese mismo pensamiento desde la lógica maya”, apuntó.

Con esta traducción, muestran cómo el maya percibe la obra, lo que El Principito dice, incluso con los “préstamos” de palabras que no existen en la lengua indígena, pero que naturalmente toman el acento propio.

Arturo Vázquez Barrón, traductor literario e investigador, estuvo presente en la presentación y reconoció la dificultad de traducir El Principito y, particularmente, de hacerlo a lenguas originarias.

Refirió que la forma en que fue diseñado el texto original, en un sentido expresivo y por la ambientación de dos personajes principales, ocasiona que, no solamente sea difícil de catalogar (si es cuento, fábula o novela corta), sino que también tenga una apariencia de facilidad de lectura y esto tenga que alcanzarse también por medio de la traducción.

La sencillez expresiva fue una decisión deliberada del autor de la obra, explicó, por ser un libro dirigido para infancias; en ocasiones las traducciones alteran al complejizar la expresión. Además, “es un libro que es permanentemente reiterativo […] esta reiteración es un rasgo característico del Principito que muchas veces los traductores no atienden”.

José Coronado Hernández, profesor investigador de lingüística en el INAH, apuntó que si no puede leer El Principito en maya se cuestionó por qué es importante contar con esa traducción, reflexionando que una de las razones es por la relevancia del texto.

“Para mí este libro trata sobre la naturaleza humana […] me parece que hay un tema que es la deshumanización, la falta de sensibilidad y de empatía que se muestra con los personajes con los que va teniendo diálogo El Principito”.

Desde su visión es importante que se traduzcan estos libros porque la mayoría de las lenguas originarias son orales, no escritas y esto ocasiona una enorme variación en las escrituras ante la falta de reglas estrictas de ortografía, “de ahí la importancia de que se escriban y se traduzcan este tipo de libros a las lenguas originarias, sobre todo que se difundan”.

(Con información de La Jornada Maya)

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