Imposición de Ley Seca causa polémica entre yucatecos

Algunos consideran que impedir la circulación de alcohol durante la epidemia permite reducir conatos de violencia y otros, que la fomenta

Mérida, Yucatán. El decreto de la aplicación de la Ley Seca en el estado ha generado un contraste de opiniones entre expertos en temas de salud, especialistas y activistas.

Por un lado, consideran que la medida es correcta para evitar problemas de convivencia durante la contingencia sanitaria, sin embargo, genera preocupación en quienes señalan que el efecto de la falta de alcohol podría incrementar la violencia familiar.

Ante la emergencia sanitaria por el COVID-19, a partir de hoy y hasta el 30 de abril, se prohíbe la venta de alcohol en Yucatán, así se informó en el Decreto 208/2020 publicado este 9 de abril en el Diario Oficial del Estado.

De acuerdo con el documento, la medida se tomó con el fin de garantizar la seguridad e integridad de los habitantes del estado; proteger la salud de las familias yucatecas ante esta pandemia.

Al respecto, Gina Villagómez Valdés, investigadora del Centro Dr. Hideyo Noguchi, de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY) indicó que, por su experiencia de investigación sobre violencia de género, el alcohol es un detonante de las agresiones, pero ahora «no creo que haya sido una medida pertinente en este momento tan delicado. Todas las demás medidas de gobierno han sido un acierto que aplaudo. Espero estar equivocada»; señaló en su cuenta de Facebook.

Cindy Santos Ramayo, de la agrupación Contingenta Siempre viva, dijo decretar Ley Seca en el estado es una acción correcta porque la violencia sí ha aumentado en las últimas semanas y el alcohol ha sido un detonante principal en muchos de esos casos; asimismo se prevé aumento de suicidios, especialmente conforme va empeorando la situación económica, laboral de muchas personas. «El alcohol es un depresivo y fuertemente relacionado con estos casos», apuntó.

«No estoy del todo en contra de la decisión, pero creo que su implementación fue errónea y solo desató compras de pánico y probablemente nuevos brotes de violencia», subrayó.

Además de esto, señaló que urge que el gobierno estatal diseñe estrategias concretas con perspectiva de género para hacer frente a la ola de violencia misógina e intrafamiliar que podría suscitarse en los siguientes días.

Por su parte, Rosa Elena Cruz Pech, fundadora del movimiento “UADY sin acoso”, comentó que, si bien fue una medida en respuesta al crecimiento de la violencia hacia las mujeres esta cuarentena, en donde el principal detonante de la fue el alcohol;

Hay que recordar que el alcohol no es lo que causa la violencia; la violencia es el resultado de muchos patrones que no se mencionan, como la precariedad en la que está viviendo la población Yucateca, que implica la salud emocional de las personas, el desempleo, entre otros factores.

A su vez, expuso que el crecimiento de la violencia se debe a que, con la cuarentena, los hombres deben quedarse en casa, espacio del que siempre huyen. Así que al estar ahí con o sin alcohol, habrá violencia.

«Si a esto se le suma la crisis de abstinencia ¿qué pasarán con la ley seca? la ansiedad y en general el descontrol emocional sin duda va a causar el aumento de la violencia en el hogar»; advirtió. «No hay medidas con enfoque de género que puedan asegurar la seguridad de las mujeres»; subrayó.

La directora del Instituto de la Mujer, Fabiola García Magaña, precisó que el ejercicio de la violencia contra la mujer va más allá de la ingesta o no de alcohol, más bien tiene que ver con un entorno de falta de valores, el ejercicio exagerado del poder, y un control que los hombres ejercen hacia las mujeres.

Entonces consideró que la ley Seca no es algo que sea prioritario en este momento, pero es respetable que se haya dispuesto esta situación; para la funcionaria era más viable que se refuerce los protocolos de prevenciones a la violencia en general, y las acciones de las dependencias, que haya una red institucional para apoyar este tipo de situaciones.

A su vez, dijo que el estado ocupa los primeros lugares en alcoholismo, por lo que hay personas que dependen de él para estar «tranquilos»; y al no tener acceso a esta droga legal, su conducta podría cambiar, expuso.

De acuerdo con Aarón Palomo Euan, neurosicólogo clínico, del Colegio de Psicólogos de Yucatán, al haber una pérdida, viene una situación de inquietud, ansiedad de incertidumbre.

«Las personas que están acostumbradas a tomar pudieran enfrentar una situación de pérdida y tener conductas emocionales variadas», dijo.

La abstinencia pudiera generar violencia hacia la pareja, sus hijos, agregó.

Sin embargo, indicó que la medida fue necesaria ya que se puede detonar un consumo excesivo que incremente los casos de violencia al estar encerrados en casa, además que el gobierno del estado se apega a los lineamientos de salud que marcan los protocolos federales.

Si alguien sufre de violencia o necesita atención sicológica pueden comunicarse a: Secretaría de las Mujeres (999) 923 3711, 924 0221, 928 72 19 La Línea Mujer (999) 923 09 73 o al 80 04 55 76 72. Colegio de Psicólogos de Yucatán: 999 575 54 18.

(Con información de La Jornada)