Expresan inconformidad por información del Tren Maya
Algunos académicos de UADY y UNAM así como liderazgos informales buscan influir en el proceso de consulta con la obra ferrroviaria
Mérida, Yucatán. Líderes de agrupaciones mayas , así como académicos de la Universidad Autónoma de México (UNAM), la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY) y el Centro de Investigación y Estudios Avanzados (CINVESTAV) del IPN en Mérida, manifestaron su rotundo rechazo al Tren Maya alegando irregularidades en los procesos y asambleas de información previas a la consulta, las cuales calificaron de «circo mediático», e indicaron que este proyecto tiene señales de colonialismo interno, pues va generar impacto al medio ambiente, así como culturales y sociales.
Bernardo Caamal Itzá, representante de la Asamblea de Defensores del Territorio Maya Múuch´ Xíinbal, indicó que las asambleas informativas y consultas que se realizarán este 14 y 15 de diciembre están hechas con maña para arrebatarles su territorio y la vida digna. «Son un circo mediático para legitimar sus proyectos […] un Tren Maya que no es maya, que fue concebido para beneficiar intereses externos», acusó.
Para el dirigente, las autoridades no han informado con claridad sobre esta obra y en sus asambleas informativas no usan la lengua maya; todo se ha dado a «cuentagotas», abundó.
«Los titubeos informativos nos muestran que no hay información clara», subrayó, y externó su preocupación por los estudios reales sobre los impactos que pudiera ocasionar el tren en el agua y las selvas, recursos que pudieran ser afectados con las ciudades modelo. «Rechazamos la consulta y la forma que se usa hoy en día para atropellar nuestros derechos», sentenció.
Agregó que estos mecanismos de consulta están llenos de «trampas y manipuleo», ya que sólo se tomó en cuenta a las autoridades electas como agrarias, municipales, y se ignoró la decisión del pueblo para ser consultados sobre estos ejercicios.
Aurelio Sánchez Suárez, de la UADY, señaló que en el discurso se promete un proceso intercultural. Sin embargo, en la práctica no está presente el diálogo de saberes, lo que clasifica a este proyecto como una expresión más de colonialismo interno; esto se ve reflejado también en promover que el turismo sea respetuoso de los pueblos y que genere recursos para el bienestar de la comunidad, aunque advirtió que esto puede ocasionar que se pierdan los usos y costumbres mayas.
El doctor Rodrigo Llanes Salazar, de la UNAM, indicó que ha detectado algunos puntos irregulares en las asambleas informativas pasadas, como que la consulta se organizó de manera unilateral, sin conocimiento y participación de los pueblos originarios; que el gobierno no mostró estudios sobre el impacto de la infraestructura; no existen estudios de investigación sobre riesgos ambientales, sociales, económicos, ni de beneficios para los pueblos originarios, y sólo personal de Fonatur y del Inpi expusieron la información, sin dar opciones a otros investigadores o expertos para hablar sobre el tema, aunado a que el tiempo de preguntas y resolver dudas fue muy poco.
«El Tren Maya no es la vida: se está planteando como una opción de desarrollo, pero en realidad es una opción de destrucción», advirtió Alejandra García Quintanilla, de la UADY y el Colectivo Popol Wuj, quien agregó que este proyecto traerá polos de desarrollo; “es decir, ciudades turísticas con campos de golf, piscinas, hoteles, gente que va a venir, vivir como ricos, pero van a destituir la selva, contaminar el agua”.
Advirtió que el ideal de desarrollo que se tiene, “de que seamos como Estados Unidos, Suiza, Noruega, está obsoleto, por lo que se debe desechar y repensar antes que se destruya el entorno y el planeta”.
(Con información de La Jornada Maya)