Enseñan a mujeres a construir microcomputadora
Buscan que puedan hacerse cargo de “nuestras propias tecnologías, comunicaciones y el cuidado de nuestros datos”, explicó Lucía
Mérida, Yucatán. ¿Para qué se usa el internet?, ¿cómo funciona?, ¿qué se comparte?, ¿con quién? A partir de estas preguntas, Lucía Ramírez, del colectivo Sursiendo, impartió un taller sobre “cómo montar una Raspberry Pi (mini computadora) para un servicio en red local”, en el marco del Encuentro Hackfeminista. Tecnologías y afectos: ¿Cómo bosquejar políticas de la responsabilidad?
La sede del encuentro fue San Cristóbal de las Casas, Chiapas, y fue convocado por Sursiendo, Comunicación y Cultura Digital, el Instituto de Liderazgo Simone de Beauvoir y la Escuela de Humanidades y Educación del Tec de Monterrey. El encuentro inició sus trabajos el 11 de julio y el taller Raspberry Pi fue una de las actividades de este primer día.
Lucía detalló que una “Raspberry Pi es un dispositivo de hardware prototipado, como una mini computadora de una placa sencilla en donde puedes montar un sistema operativo, algunos programas y utilizarla prácticamente como un servidor”.
La Raspberry fue hecha con fines educativos “para trabajar herramientas tecnológicas con estudiantes, sobre todo”. En ella se pueden montar periféricos, conectarse a internet “y configurarla como un microcomputador”.
La intención de las organizadoras fue realizar un taller con estas características y mostrar “cómo hacernos cargo de nuestras propias tecnologías, comunicaciones y el cuidado de nuestros datos”, explicó Lucía.
Durante el taller, las coordinadoras explicaron el funcionamiento de Internet, desde sus requerimientos técnicos, hasta el uso de recursos naturales como el agua para hacer que los data center funcionen de manera continua.
Lucía y Sursiendo creen que “cada vez es más necesario que pensemos y armemos propuestas locales y situadas para el uso y manejo de nuestras propias tecnologías y comunicaciones”; para el colectivo es importante “capacitar y generar habilidades que generen nuestra propia infraestructura, este pequeño dispositivo nos permite ensayar, pensar y montar de manera real la infraestructura necesaria para nosotros”.
Durante este taller, casi una veintena de mujeres participantes del encuentro, provenientes de distintas partes del país, incluyendo a Yucatán, Chiapas, Oaxaca y la Ciudad de México.
“Instalamos un sistema operativo base libre, basado en Debian que se llama Raspbian, es un sistema operativo para la Raspberry y sobre ese montamos un sistema de servicios que se llama FreedomBox, que ofrece servicios para comunicación, intercambio de archivos VPN’s, clientes de correos, calendarios”, entre otros.
Uno de los objetivos del taller es “repensar juntas alternativas a la red de redes, a nuestras conexiones y cómo nosotras mismas podemos generar nuestra infraestructura, mejorar nuestro acceso y cuidar nuestros datos”.
Lucía considera que este conocimiento tendría que impartirse en los niveles básicos de educación, “generar habilidades técnicas en los menores, pero también para nosotros como usuarios de tecnologías. Me parece fundamental saber cómo funcionan las herramientas que estamos usando, qué implicaciones tienen y cómo nos afectan”.
Este tipo de ejercicios educativos podrían replicarse comunitariamente, “no son cosas individuales, son cosas que tenemos que hacer como grupos de afinidad, grupos de trabajo, adaptar herramientas a nosotros es básico en todos los niveles”.
“No se trata de un aprendizaje de expertos, sino cosas que nos atañen a todos porque la tecnología atraviesa todos los niveles y actos de nuestras vidas”, enfatizó Lucía, quien considera que la sociedad tiene que ser más consciente de estos procesos y tecnologías, “apropiarnos de ella y exigir un Internet y herramientas que nos sirvan”.
(Con información de La Jornada Maya)