Cultura yucateca favorece violencia contra las mujeres
Las féminas no suelen denunciar agresiones por temor a no ser escuchadas por las autoridades, o porque éstas mismas las criminalizan
Mérida, Yucatán. María Suárez de Garay, investigadora de la Universidad de Guadalajara, indicó este 6 de noviembre en la inauguración de la sexta edición de la Jornada de Derechos Humanos, que el conservadurismo de Yucatán propicia a que prevalezca la violencia contra la mujer, sobre todo dentro de las familias, violencia ocasionada por las mismas parejas o familiares cercanos, pues las mujeres no suelen denunciar estos actos de por temor, por no ser escuchadas por las autoridades, o por qué éstas mismas las criminalizan.
“Estamos frente a una cultura que tolera, favorece, que se vuelve ciega frente a los derechos que se vulneran a las mujeres”, manifestó.
Asimismo, dijo que la violencia en el país contra la mujer ya tiene características de crimen organizado pues antes se amenazaba con golpearlas, pero ahora es con disolverlas en ácido, por lo que hay que reforzar las políticas públicas y acciones para proteger los derechos y seguridad de este sector de la sociedad. “Las maneras en las que hoy matan a las mujeres son muchos más dramáticas que antes, son más salvajes que otros tiempos”, subrayó.
En el estado, reconoció, prevalece una cultura muy conservadora, donde se sigue creyendo que la violencia sólo es un asunto dentro del hogar y que detrás de esas puertas nadie entra, que no se denuncia. Ocupar un estado conservador, insistió, repercute en que las mujeres mismas se aíslen dentro del hogar aunque existan estos problemas, que no son sólo un conflicto entre dos personas, “sino que estamos frente a una cultura que tolera, favorece, se vuelve ciega frente a los derechos que se vulneran a las mujeres”.
Agregó que si bien Yucatán tiene una baja incidencia delictiva con perspectiva de género, sobre todo en delitos de alto impacto como feminicidios, homicidios dolosos, el estado aparece en casos de trata o violencia doméstica, que muchas veces no se denuncia, no se toman en cuenta ni se atienden.
“La violencia existe, tan es así que son el estado número uno en suicidios”, remató. Entonces, existen mujeres que alzan la voz, que se manifiestan, sin embargo son expuestas en medios de comunicación de manera despectiva o las criminalizan, por lo que opinó que “los medios de comunicación juegan un rol preponderante en la construcción de visiones del mundo”, por lo tanto, expresó que el reto es continuar visibilizando el problema que atañe a todos, hacer mucho más afectivas la implementación de las políticas públicas ya existentes, que sean más contundentes, con fondos y sobre todo con una capacidad institucional más concreta, efectiva para lograr reducir la incidencia de diversos tipo de violencia que viven las mujeres en México.
Por su parte, la activista Olga Moguel expresó que “la violencia ya nos resulta familiar y nos parece parte del paisaje social, pero no nos indigna lo suficiente para romper con ella”, por lo que se requiere de una ruptura con esa rabia y una alquimia para transformarla en instrumentos de justicia, educación, libertad de expresión e igualdad. “Eso debe ser a través de la promoción de individuos, grupos y comunidades, para transitar de la dominación y marginalidad a la vida política y social del país”.
Agregó que debe tenerse una postura irreverente y valiente ante los conformismos vividos en la sociedad y que permita señalar los dolores.
(Con información de La Jornada Maya)