Buscan personas pequeñas un sitio en sociedad yucateca
La acondroplasia de caracteriza por enanismo, rango de movimiento limitado en los codos, la cabeza grande y dedos pequeños
Mérida, Yucatán. No son pocos los retos que las personas con acondroplasia -mejor conocida como talla baja- enfrentan en su día a día. Gracias a la labor que la agrupación Gente Pequeña de Mérida ha efectuado desde hace ocho años en la entidad, hoy puede hablarse de algunas victorias en el tema, las cuales suelen celebrarse cada 25 de octubre, Día Internacional de las Personas de Talla Baja.
La acondroplasia es un grupo de enfermedades del crecimiento óseo que impide el cambio normal de cartílago (particularmente en los huesos largos de los brazos y las piernas) al hueso, conocidas como condrodisplasias. Se caracteriza por enanismo, rango de movimiento limitado en los codos, tamaño de la cabeza grande (macrocefalia) y dedos pequeños. Esta condición regularmente no afecta el intelecto.
Geisell Valdez González es la representante de Gente Pequeña de Mérida y detalló que actualmente son más de 20 personas las que integran la institución, tanto de Mérida como de otros municipios yucatecos. Normalmente celebran la efeméride con eventos tales como concurso de talento, pasarelas de moda, caminatas y conferencias; y este año, a razón de la pandemia, decidieron hacer un concurso de fotografía.
Discriminación a la gente de talla baja
Una de las problemáticas que viven a diario debido a su condición es la discriminación que permea entre las personas con acondroplasia; aunque Valdez González, quien es diseñadora de interiores, celebró que poco a poco la sociedad haya generado más conciencia con respecto al tema.
“Antiguamente eran objeto de burla y eso ha evolucionado, aunque todavía falta mucho por avanzar. El objetivo de la efeméride es crear una cultura de respeto e inclusión hacia las personas de talla baja”, sentenció.
Valdez González dijo que otra de las dificultades para las personas con talla baja es su traslado, sobre todo cuando hacen uso del transporte público, ya que no pueden hacerlo como la gente promedio, y en muchas ocasiones no existe voluntad por parte de los choferes en hacer más llevadera la situación.
“También pasan malos ratos frente a las ventanillas de bancos o alguna oficina gubernamental, ya que la gran mayoría de estas están diseñadas para personas de talla promedio. Cada ventanilla mide aproximadamente 1.30 metros, la estatura máxima que puede alcanzar una persona con acondroplasia”, aseveró.
No existen cifras
En ningún estado de la república existen cifras relativas a la acondroplasia, abordó, entonces una de las labores de Gente Pequeña de Mérida consiste en trabajar en eso. “Cada representante ha hecho varias actividades y uno de los trabajos es vincularse con los organismos encargados de los censos y ubicar a quienes presentan esta condición”.
Valdez González, quien actualmente trabaja como secretaria en el DIF Yucatán, reconoció que se trata de una iniciativa complicada, ya que no son pocos los casos en los que la propia familia tiende a esconder a sus relativos de talla baja, en parte por el miedo al rechazo y la discriminación.
De igual modo, apuntó, hay ocasiones en las que habitantes de municipios tienen información errónea sobre la enfermedad e incluso pueden llegar a relacionarla con un hechizo o algo sobrenatural, al no contar con los elementos necesarios para comprender las razones de esa discapacidad.
(Con información de La Jornada)